La catedral de Burgos defiende el valor artístico de las nuevas puertas de Antonio López

El cabildo destaca la apuesta por un monumento conmemorativo “de excepcional valor cultural, social y evangelizador”

Una de las propuestas para las celebraciones del 8º centenario de la catedral de Burgos es la creación de un monumento conmemorativo de la mano del artista Antonio López: unas puertas nuevas. Aunque la propuesta fue bien acogida en su presentación hace unos meses, en estas últimas semanas se ha iniciado una campaña de firmas para acompañar un manifiesto en el que se considera un “atropello” esta iniciativa. En concreto, el templo gótico contará con “unas nuevas puertas labradas en bronce que permiten recuperar el sentido teológico de la primitiva y seguramente exuberante fachada gótica, mutilada en 1790 para dotar al edificio de un nuevo estilo neoclásico característico de aquella época”, según apunta la diócesis en un comunicado.



Mensaje teológico

Para ello, el cabildo encargó la obra, en mayo de 2019, al escultor y pintor Antonio López que ha proyectado “en la puerta principal la imagen de Dios Padre que es amor y misericordia; en la puerta lateral izquierda, el misterio de la Anunciación en que el Espíritu Santo cubre con su sombra a la Virgen María, y en la puerta lateral derecha una escena de la infancia de Jesús cuya pureza e inocencia renueva el universo”. Estas puertas sustituirían a las actuales, de “de escaso valor artístico, sin causar perjuicios a las estructuras adyacentes”, según informa la diócesis.

Para el cabildo “el proyecto iconográfico encierra un profundo y cuidado discurso teológico en el que se plasma, con el estilo característico de Antonio López”. “Todo ello en el horizonte de la nueva creación representada por un jardín lleno de vida y fecundidad con el trasfondo de la ciudad de Burgos”, añaden.

Hasta ahora, “todas las instituciones públicas manifestaron su satisfacción por la iniciativa y mostraron su apoyo en todo momento”, señalan. El proyecto está presupuestado en 995.000 euros, a los que hay que añadir 200.000 para la fabricación de unas cancelas interiores que aíslen el edificio del frío. La financiación es totalmente privada. Un jarro de agua fría es la recepción de un “parecer desfavorable” en la evaluación técnica, que no es vinculante –la autorización requerida es la de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León–, del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS).

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