La mentira se ha normalizado al grado que hemos pensado que no causa daño alguno al pronunciarla. Se miente en todo momento y lugar, se miente para beneficio, miente la publicidad, los políticos, mentimos en el trabajo y hasta en el hogar. Parece que la sociedad motiva e impulsa a mentir y modificar la verdad. Muchas personas han sido víctimas de estafas debido a la mentira, otros tantos creemos en promesas que nunca se van a cumplir y que se sostienen por mentiras, como la economía, la democracia y muchos otros lugares más.
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Nos mienten y mentimos, el peligro es que dejamos de confiar y perder la confianza tiene sus consecuencias. Hablar con la verdad conlleva sus riesgos, pero ¿vale la pena enfrentarlos? ¡Por supuesto que sí!
“Yahveh aborrece los labios mentirosos, pero se complace en los que dicen la verdad”. Proverbios 12, 22.
Tomar con profunda seriedad el tema de la mentira
Una vez más volvemos a ser invitados a hablar con la verdad, aunque sea complicado, aunque las circunstancias nos indiquen lo contrario. Quienes creemos en Dios debemos permanecer firmes en el tema de la verdad, decirla y vivirla, ser fieles a ella. Mientras escribo esta colaboración, pienso en los mártires que a causa de la verdad perdieron la vida, mi corazón se conmueve, porque han sido muchos quienes a causa de la verdad murieron por creer, por ser fieles, por permanecer inamovibles a su fe y a la verdad.
Desde los inicios del cristianismo los primeros mártires murieron por negarse a renunciar a su fe en Cristo, ¿hoy cuántas personas estaríamos dispuestos a entregar la vida de esa forma? Siguen surgiendo figuras que por su amor a Dios y entrega lo harían sin dudar… pero también están aquellos quienes mentirían como una forma de evitar el peligro, no hay mucho qué pensar si la sociedad miente como un acto constante, lo más seguro es que lo siga haciendo.
Debemos tomar con profunda seriedad el tema de la mentira en nuestro entorno, porque si no creemos que podemos hablar con verdad, entonces estamos hablando de manipulación y por ende, de injusticia, de esta manera estaríamos renunciando a toda esperanza.
El oasis que nos ofrece hablar con la verdad
“Entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. Juan 8,32.
Esta cita bíblica se ha popularizado en muchos contextos como lema, para expresar que el conocimiento y la honestidad nos liberan. Es importante volver a los orígenes y alejarnos del mal que nos aqueja a todos nosotros en los medios digitales, la saturación de información y las ‘fake news’ minimizan la mentira o le restan gravedad, al parecer gusta mucho a estas nuevas generaciones.
Volvemos a encontrarnos remando contracorriente, quienes deseamos vivir y ejercitar la verdad, haciendo la diferencia a pesar de los pesares, enfrentar la verdad, asumirla y vivir sus consecuencias. Se trata de vivir en plenitud entendiendo que en ocasiones es sí o es no, asumiendo las consecuencias. Busquemos el oasis que nos ofrece hablar con la verdad, intentemos ser verdaderos creyentes, seguidores de Jesucristo hablando con la verdad aunque duela.
