La canonización de Carlo Acutis no es solo un reconocimiento de santidad en los jóvenes, sino también una señal de referencia intergeneracional, pues parte de la sociología ha señalado como cada grupo etario presenta condiciones particulares, y sin duda alguna, el nuevo santo nacido el 03 de mayo de 1991 es un millennial, no obstante, su vida también es ejemplo para la generación Z y más aún la alfa.
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Sociológicamente se dice que los millennials son una generación ansiosa, frustrada, poco comprometida, retardada a madurar, expectantes del futuro, protagonistas del cambio tecnológico, adaptables, resilientes, e incluso críticos con su entorno.
Y es precisamente esas categorías las que permiten hacer un comentario sobre Carlo Acutis, que no renunció a su época, sino que, desde su época, con lo que tenía, vivía con autenticidad su fe.
La juventud en clave de camino hacia Dios
El primer elemento, la ansiedad y la frustración, temerosos ante el mañana y expectativas de futuro. En Acutis, los días sucesivos a su enfermedad, una leucemia en fase terminal no fue razón para el desánimo, al contrario, animó a sus padres, a los médicos, a las enfermeras, bromeaba a pesar del dolor. Es como si ya conociera lo que decía el papa Francisco en ‘Evangelii gaudium’: “Nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad”.
Tampoco fue un retraso al madurar, ni un autorreferencial. En el momento del ingreso al hospital, su mamá recuerda: “Estaba nervioso, pero al mismo tiempo sonreía. A menudo repetía: ‘No yo, sino Dios’. Y otra vez: ‘No el amor propio, sino la gloria de Dios’; ‘la tristeza es la mirada vuelta hacia uno mismo, la alegría es la mirada vuelta hacia Dios'”.
Protagonista del cambio tecnológico. Es que el santo millenial estaba convencido de la relevancia de la fe en el nuevo continente digital. En 2004 dio a conocer un micrositio sobre Milagros Eucarísticos, con una programación y diseño sencillo. El trabajo le llevó aproximadamente dos años.
Acutis vivió a profundidad la esperanza, sobrepasando cualquier forma simple de resiliencia — en términos millennials — pues el fundamento de su vida era uno más grande que el tiempo mismo, por eso ante el inmenso desafío de vivir, incluso desde la enfermedad, estuvo convencido de que el fin era otro.
Decía: “De cada decepción siempre nacerá un nuevo sueño (…) aunque no se pueda comprender del todo, solo se puede aceptar con gratitud y amor”, ideas claves para los jóvenes que en medio de la incertidumbre sucumben a la tentación de una personalidad frágil y que puede quebrarse con facilidad ante cualquier situación discordante.
Influencer desde la entrega de la vida
Carlo Acutis, por tanto, es un santo millennial, no solo para los millennials, sino para aquellos que con la intuición reconocen que esta vida no es suficiente, que la viralidad de las redes sociales es pasajera, el espejismo del ego con los ‘challenge’ es vacío, y que la existencia misma se sostiene en algo mayor y superior.
Hoy el santo millennial acompaña a tantos que siguen inquietos y sienten que no caben en el molde uniforme de la moda y las tendencias, y les dice que Dios no hace fotocopias, que el amor infinito los ha creados únicos, y única es la alta vocación del cielo a la que les llama.
Sin duda alguna hoy el nuevo santo, Carlo Acutis intercede por nosotros, reza con nosotros, queriendo ser ejemplo, amigo, compañero, ‘follower’ en la autopista de la vida en la que vamos todos, compartiendo el auténtico y más importante mensaje, ofreciendo likes para aquellos que se suman a jugarse la otra vida en esta.
Por Rixio G Portillo R. Profesor e investigador de la Universidad de Monterrey
