Los obispos argentinos pidieron escuchar el clamor de los hermanos

Consideraron que ningún plan económico es exitoso si lleva a la desocupación o a la incertidumbre ante el futuro

Los obispos argentinos pidieron escuchar el clamor de los hermanos

En vísperas de la fiesta de San Cayetano, patrono del Pan y el Trabajo, los obispos argentinos a través de la Comisión Ejecutiva, se unen a los fieles de todo el país que este 7 de agosto se acercarán a santuarios, parroquias y comunidades para pedir su intercesión o agradecer la gracia recibida.



Consideran que la devoción a este Santo es una expresión profunda de la fe de un pueblo que no se resigna y que, con esperanza y solidaridad, reza y camina, poniendo en Dios sus necesidades personales y familiares más urgentes.

Asimismo, los prelados consideraron que este día invita a escuchar el clamor de los hermanos que ven en el trabajo la posibilidad de ser útiles y de contribuir al bien común.

Afirmaron que el trabajo constituye un derecho fundamental que construye la propia vida propia y la del grupo familiar, y sostiene el tejido social. Por el contrario, su carencia hiere profundamente la dignidad de las personas y puede conducir al desaliento, al aislamiento y a la pérdida de sentido.

Angustia e incertidumbre

Sobre el plan económico, los miembros de la Ejecutiva, encabezada por el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo; y secundado por vicepresidente 1º, el cardenal Ángel Rossi sj, arzobispo de Córdoba; César Daniel Fernández, obispo de Jujuy y vicepresidente 2º; y Raúl Pizarro, obispo auxiliar de San Isidro y secretario general, sostuvieron que cuidar el empleo y las fuentes laborales debe ser una prioridad indeclinable. “Ninguna medida puede considerarse exitosa si implica que los trabajadores pierdan su empleo o vivan con angustia e incertidumbre sobre su futuro”, cuestionaron.

Asimismo, valoraron otras formas de trabajo, más allá del empleo formal: los emprendimientos familiares, la economía popular, el reciclado, las changas. Agregaron que toda actividad que, con esfuerzo, lleva dignamente el pan a la mesa merece ser reconocida, acompañada y protegida.

Para concluir pidieron la intercesión de San Cayetano para que no falte el trabajo digno, y que quienes estén hoy desocupados o en precarias condiciones laborales precarias encuentren nuevas oportunidades que les devuelvan la esperanza y mejoren su calidad de vida.

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