El arranque oficial de la Novena Intercontinental Guadalupana coincidió este 12 de diciembre con un nuevo récord de visitantes al santuario del Tepeyac, según informó la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien aseguró que del 1 y el 12 de diciembre, acudieron a la Basílica de Guadalupe unos 11 millones de personas, con lo que se rompió el récord de 10.8 millones registrados en 2019.
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Banderazo de salida de la Novena Guadalupana
Por su parte, el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, anunció el inicio de la Novena Intercontinental Guadalupana, iniciativa acordada por la Conferencia del Episcopado Mexicano y que consiste en nueve años de preparación a los cinco siglos de presencia de la Virgen de Guadalupe en el continente.
Al celebrar la tradicional ‘Misa de las rosas’, el cardenal Aguiar enfatizó la importancia de dicha iniciativa a la que se ha sumado el papa Francisco: “para que sea significativa la relación de nosotros con Nuestra Madre María de Guadalupe es indispensable reconocer que somos hermanos”.
Asimismo, explicó que Dios “decidió que esa misma Virgen María que le dio carne a Jesús viniera a México, entrara en nuestra historia desde el origen de esta nación para dar esa mirada tierna que transmite ayuda y consuelo; ella ha venido para que descubramos nuestra vocación de fraternidad y vivamos como hermanos, solidarios, dándonos la mano”.
Esta es la casita que Dios quiere -continuó el cardenal Aguiar- “y para la que ha enviado a María de Guadalupe: la casita de una única familia, la de los hijos de Dios, que se reúnen en torno a su madre, como recién nos lo ha dicho el papa Francisco; de esta manera, asumimos la herencia de la naturaleza divina, a la que estamos llamados y para la que fuimos creados”.
Vocación y misión de México
Por esa convicción y con gran esperanza -explicó el arzobispo de México- los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano “hemos acordado promover este novenario hacia el 2031, año en que se cumplirán cinco siglos de la llegada de María de Guadalupe al Tepeyac”.
De esta manera, pidió a los fieles descubrir “qué hay en el corazón de cada uno de nosotros, qué nos dice este proyecto, este novenario, a qué nos invita, qué se mueve en mi interior, descubramos qué hay, qué deseamos, cómo soñamos que sea México y el mundo entero“.
El cardenal Aguiar sostuvo que María de Guadalupe es el alma de la religiosidad del pueblo mexicano y “es nuestro deber desarrollar este amor, para que no se quede en devoción personal sino acción transformadora y así logremos la plenitud de los tiempos que quiere Dios”.
Expresó que la vocación y misión de México es ser primicia de lo que Dios quiere para el resto de la humanidad; “ante los constantes conflictos étnicos en el mundo, nuestro país ofrece una expresión del mestizaje de la conjugación de dos razas que han logrado ser una nación y una cultura que llamamos la mexicanidad, que tiene su origen en el Acontecimiento Guadalupano“.
Finalmente, motivó a los fieles a pedir a María de Guadalupe “que continúe alentándonos y acompañándonos, que nos ayude a generar esta conciencia y a transmitir nuestra experiencia de amor a ella, para que a través de este amor obtengamos que México camine en la reconciliación, en la justicia y en la paz, y así superemos las polarizaciones y las confrontaciones que nos dividen, y logremos edificar el México que ella desea: una sociedad que se reconozca como su familia y convivamos como hermanos de una misma madre”.
