15.000 participantes participan en el 48 Encuentro Europeo que la comunidad ecuménica organiza cada fin de año
Unos 15.000 jóvenes, entre ellos 6.000 franceses, han acudido un año más a la llamada de la comunidad ecuménica de Taizé que celebra su 48 Encuentro Europeo de jóvenes hasta el próximo 1 de enero en París, tras la reconstrucción de la catedral de Notre Dame. Proceden de toda Europa y de todas las confesiones cristianas presentes en el continente. A ellos se sumarán unos sesenta hermanos de Taizé ––de los 80 que forman la comunidad– para los momentos de las oraciones como los que se desarrollarán en la sala de conciertos de Bercy, en la que se han instalado unas vidrieras que imitan las de la Sainte-Chapelle, según destaca La Croix.
París acoge este encuentro por sexta vez, pero en esta ocasión se han implicado todas las diócesis de la región de Île-de-France. Los jóvenes católicos se reunirán con los jóvenes protestantes, sin plantearse necesariamente la cuestión de la pertenencia confesional, como para rezar y convivir. También acogen a jóvenes que simplemente están en busca de espiritualidad o, en ocasiones, los ateos. Todos se reunirán en oraciones comunes en el Accor Arena de Bercy el martes 30 y el miércoles 31 de diciembre por la noche, así como cada mañana en diferentes iglesias de Île de France.
Con motivo del encuentro, el hermano Matthew, prior de la comunidad ha concedido una entrevista a La Croix en la que reivindica que “Taizé es una experiencia fundacional para los jóvenes”. Este encuentro es para él, “una llamada a salir de nuestros algoritmos para experimentar la escucha mutua, la apertura del corazón para acoger al otro tal como es”. “Los encuentros ofrecen un espacio para que los jóvenes escuchen a Cristo en lo más profundo de su ser”, explica.
Pensando en los jóvenes destinatarios destaca que “la pandemia de COVID-19 les ha marcado profundamente, ya que han vivido un aislamiento relacional, cuando precisamente a esa edad es cuando se crean y se desarrollan las relaciones. Percibo en ellos el deseo de cuidar al otro”. Además, ha reivindicado la labor de “acogida, escucha y acompañamiento de las personas víctimas de abusos espirituales y violencia sexual” que en Taizé desarrollan desde 2011 ya que desde entonces, señala, “se han remitido 15 denuncias a la justicia y cuatro han dado lugar a un protocolo de acuerdo con la Comisión de Reconocimiento y Reparación; otros dos casos están en trámite”. Por ello, anuncia, “por primera vez, en el Encuentro Europeo de París, hemos creado una célula de escucha psicológica en la iglesia Notre-Dame de l’Arche d’Alliance (distrito 15); también hay cuatro talleres temáticos dedicados a estos temas”.
“Me gustaría que los jóvenes presentes esta semana en París se marcharan con una pregunta que les ayude a avanzar en su camino con Cristo. No estamos aquí para dictarles un mensaje. Lo importante es que reciban algo que les impulse a convertirse en peregrinos de paz y esperanza, allí donde se encuentren, en su iglesia local, en sus lugares de compromiso, para ayudar a los demás a eliminar las barreras que dividen nuestra sociedad”, desea el prior.