Esperan que en cada unión prevalezca la fidelidad y la esperanza, ante una cultura que relativiza los vínculos
Con motivo de la celebración de esta fiesta, la Comisión Episcopal Vida, Laicos, Familia y Juventud, a través del Secretariado Nacional para la Pastoral Familiar, dio un mensaje con el título: “Contemplar a la Sagrada Familia”, como fuerza inspiradora para comprender la importancia de los vínculos familiares.
Después de la Navidad, con Jesús en el centro de nuestras familias, se hace ahora necesario ser protagonistas de la paz, la concordia y la esperanza.
Recordaron las palabras del papa León XIV en el Jubileo de las Familias en la que valoró la vida: “Hemos recibido la vida antes incluso de haberla deseado […] Todos vivimos gracias a una relación, a un vínculo libre y liberador de humanidad y cuidado mutuo” (Homilía, 1 de junio de 2025).
El Secretariado destacó que, a ejemplo de la Sagrada Familia, dentro de las familias, hay que cultivar las relaciones de amor filial, fraternal y esponsal porque permiten el desarrollo pleno de cada miembro, en la vida ordinaria o ante circunstancias adversas.
Asimismo, agregaron que es posible resguardar todas las etapas de la vida, como don y tarea, llamada a ser acogida con gratitud y responsabilidad, según la reflexión de esta Comisión Episcopal: “El Don de la vida y el amor humano”, del año 2019.
Aludieron también a la nota “Una Caro” del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que resalta el valor del matrimonio como unión exclusiva y pertenencia recíproca, a la vez que indica que el amor verdadero implica entrega total y exclusividad, como signo de la alianza que Dios establece con su pueblo.
La familia, fundada en una única unión, es llamada a ser testimonio de fidelidad y esperanza en una cultura que relativiza los vínculos. El amor, justamente, es el valor que las mantiene unidas, y la opción de entrega total y exclusiva se convierte en opción de crecimiento y fecundidad.
El papa Francisco, en Amoris Laetitia, explica que la familia es el lugar donde se aprende a amar, a perdonar y a caminar. De ahí que se trata de un amor fecundo y liberador.
Los miembros del Secretariado tomaron la recomendación del Dicasterio para señalar esta urgencia actual: “Hoy, más que nunca, necesitamos familias que sean luz en medio del mundo, testigos del amor que nace del Evangelio” (DLFV). Por tal motivo, pidieron profundizar lo que las Sagradas Escrituras revelan sobre la Familia de Nazaret para iluminar con calidez nuestro tiempo.
Finalmente, anhelan que cada hogar argentino sea un espacio donde florezca la fe, se fortalezca la esperanza y se viva la caridad.