El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en el Senado
El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, ha criticado hoy de tú a tú al presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, por romper “la neutralidad política de la Iglesia”. Es la respuesta institucional de Moncloa a la entrevista publicada hoy en La Vanguardia, en la que el arzobispo de Valladolid ha planteado que la salida al actual bloqueo político es “una cuestión de confianza, moción de censura o dar la palabra a los ciudadanos”.
Bolaños se dirige a Argüello por carta, la segunda vez que el político socialista utiliza la vía epistolar para llevar a cabo una queja formal de este tipo. La primera tuvo lugar ante un hecho similar. El pasado junio el presidente de los obispos sugirió también un adelanto electoral y el ministro reaccionó con una carta en un duro todo que, al igual que esta ocasión, trascendió a la opinión pública a la vez que la enviaba a su destinatario. Con un sarcasmo sin precedentes, dejaba caer que la Iglesia desea cambiar de Gobierno para que “no se aborde en absoluto” la crisis de los abusos ni los delitos de las terapias de conversión.
Bolaños recuerda ahora en su nueva carta que Argüello “por segunda vez en un corto periodo de tiempo” se pronuncie “a favor del fin del actual Gobierno”. “Le pido expresamente que se abstenga de romper su neutralidad política y actúe con respeto hacia la democracia y el Gobierno”, se lee en la carta que Moncloa ha entregado a la agencia Efe.
Con este punto de partida, el ministro le lanza a modo de recado que en su anterior misiva ya se quejó de estos “pronunciamientos partidistas”, en tanto que “no son adecuados en un Estado aconfesional basado en una doble neutralidad y respeto: la de los poderes públicos hacia la libertad de culto de cada persona y de las propias confesiones y la de cada confesión religiosa sobre los titulares del poder político”.
Es más, incluso le echa en cara que de las reflexiones del presidente de los obispos “parece deducirse que preferiría que su interlocutor fuesen fuerzas políticas diferentes” (Vox y PP), entendiendo que “un Gobierno de la derecha y la extrema derecha” sería “más comprensivo hacia las posiciones de su organización”. Desde ahí, lamenta que esa “preferencia personal” de Argüello “no es razón suficiente para romper la neutralidad partidista que se le debería presuponer a la Iglesia”.
Más allá de la cuestión de confianza, la moción de censura o el adelanto electoral, Bolaños demuestra haberse leído a fondo la entrevista de ‘La Vanguardia’, puesto que también le reprocha al arzobispo que sus relaciones con el Ejecutivo hayan estado centradas en el Valle de los Caídos, obviando que “desde la entrada en vigor de la actual Ley de Memoria Democrática su nombre es Valle de Cuelgamuros”, y en la reparación a las víctimas de abusos de la pederastia eclesial.
A pesar de este choque frontal, Bolaños tiende la mano al arzobispo de Valladolid: “Le emplazo a abordar los retos a los que se enfrenta la Iglesia y la relación con el Gobierno con ánimo constructivo y respetando todas las sensibilidades que existen en nuestro país”.