Se realizó en Buenos Aires, el Encuentro Nacional de Estudiantes del nivel secundario, bajo el lema: ‘Con alas y raíces: tierra fecunda bajo un cielo estrellado’, organizado por la Comisión Episcopal de Educación y por el Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC).
Jóvenes de 37 diócesis compartieron días de encuentro, escucha, reflexión y sueños, y elevaron una proclama con búsquedas comunes y deseos: ser escuchados, ser acompañados y vivir una vida con sentido. “En tierra común mezclamos nuestras raíces, lo que nos sostiene, y nuestras alas, lo que nos impulsa”, afirmaron los estudiantes.
La proclama
A partir de esta experiencia profunda, enumeraron algunas convicciones y expectativas:
Proclamaron:
- El valor de la escucha, que cuando es verdadera transforma: abre, sana, afirma. Pidieron que no se pierda esta capacidad de escucharse con respeto y sin prejuicios. “Cuando somos escuchados, encontramos sentido y esperanza”.
- Que la escuela sea una escuela viva, humana, cercana que los prepare para la vida. Desean una educación que toque no solo sus corazones, sino sus preguntas y sus búsquedas. Anhelan que la escuela favorezca el encuentro con Cristo
- El deseo de protagonismo porque no quieren ser espectadores. Quieren construir, aportar y proponer. Creen que su voz puede mejorar la escuela para renovar la educación del país, escuchando los clamores de la tierra y de los que menos tienen.
- Que ninguna desigualdad debe naturalizarse. Ante diferencias que duelen o caminos desiguales, la educación puede ser puente, abrazo, reparación y transformación.
- Que necesitan un acompañamiento cercano, que es también educar. Necesitan espacios de contención por la salud mental y emocional, por las dudas vocacionales, las heridas y las
- La fuerza de la esperanza porque son una generación que no se resigna y que cree en el futuro, en el país, en la familia, en la comunidad que nos acompaña. “Juntos podemos sembrar algo nuevo, reconociendo que Jesús es la verdad , el camino y la vida”, manifestaron.
- Que son una constelación donde cada escuela y diócesis, son una estrella. “Solos brillamos un poco, juntos iluminamos caminos”, expresaron los jóvenes, y piden seguir construyendo puentes, compartiendo la vida y caminando bajo un mismo cielo.
Propuestas nacionales
Como fruto de este camino, con sus voces, trabajos y sueños compartidos, surgieron tres propuestas nacionales, que ofrecieron con humildad, convicción y esperanza a toda la comunidad educativa:
- Año 2026: “Por una vida con sentido”, para que durante todo el año el sistema educativo trabaje la búsqueda profunda de sentido: la pregunta por la vida, las decisiones, los vínculos, la fe, la vocación y el futuro. “Queremos un año que ponga en el centro la vida real de los jóvenes”, indicaron los estudiantes.
- Semana Nacional de Diálogo Que en todas las las escuelas del país, haya una semana destinada a escucharlos y dialogar sobre lo que viven, sienten, necesitan y sueñan. Desean que el diálogo con los jóvenes sea una puerta abierta y permanente, y una característica propia en las escuelas.
- Foros Nacionales Estudiantiles “Con Alas y Raíces”, espacios presenciales o virtuales para conectar con la educación argentina para compartir experiencias, escuchar a otros jóvenes, dialogar con referentes, y mantener vivo este camino porque el futuro también se construye en red.
A futuro
Los estudiantes secundarios se comprometen a cuidar este proceso, y llevar a cada comunidad semillas de diálogo, esperanza y protagonismo, a no dejar que este encuentro se apague, sino a transformarlo en camino.
Pedimos a toda la comunidad educativa que sigan caminando con ellos, escuchándolos, creyendo en su palabra “Porque cuando un joven es escuchado, florece una vida, se transforma una escuela y renace un país”.
Con la convicción de que la tierra es fecunda, y que juntos todo el ámbito educativo (jóvenes, docentes, familias y comunidades), pueden hacer crecer lo que empezaron a soñar bajo un cielo estrellado. “Con alas y raíces, seguimos caminando. Con esperanza, seguimos sembrando. Con ustedes, seguimos creciendo”, reafirmaron los estudiantes.
Para concluir, pidieron la intercesión de Mama Antula, quien los acogió en su casa y los cuidó durante estos días de encuentro, y que Dios los bendiga en este tiempo de escucha a las nuevas generaciones.