México

Los laicos de México quieren “incidir y transformar la realidad de nuestro país desde los valores del Evangelio”

| 24/11/2025 - 19:37

Al celebrar el Día del Laico, expresan su deseo de “ser fermento y sal en las realidades temporales que nos son propias: la política, la cultura, la economía, los medios de comunicación, el entorno digital, la familia o la educación”





Los laicos de México quieren “incidir y transformar la realidad de nuestro país desde los valores del Evangelio del Reino de Dios, redescubriéndonos enviados al mundo, para ser ahí fermento y sal en las realidades temporales que nos son propias: la política, la cultura, la economía, los medios de comunicación, el entorno digital, la familia, la educación, el arte, el deporte y tantos otros ámbitos en donde la fe no llega de manera institucional sino sólo a través de la presencia y acción de nosotros, los laicos”.



Al celebrarse la 7ª edición del Día nacional del laico con el lema ‘Testigos alegres de la esperanza por una cultura de paz’, el 22 de noviembre en la Diócesis de Cuernavaca, el responsable de la Dimensión Episcopal para los Laicos, el obispo de Colima, Gerardo Díaz Vázquez, informó que el encuentro reunió a laicos de todas las diócesis de México.

“Comprometernos con alegría en la construcción de la paz”

El encuentro tuvo como objetivo -“en el contexto del Año Jubilar 2025, ‘Peregrinos de la esperanza’”- celebrar el Día del laico y “animados por la alegría del Evangelio queremos ser testigos de Aquel que es nuestra esperanza y continuemos construyendo la paz que anhela nuestro país”.

Día nacional de laico 2025. Foto: Dimensión Episcopal para los Laicos

Destacaron que “como pueblo peregrino de Dios, tampoco nosotros podemos callar las realidades en el contexto mexicano actual, no podemos ser indiferentes ante el sufrimiento de nuestro pueblo, no podemos ser neutrales cuando está en juego la dignidad de las personas, pues nuestra esperanza no es individualista, ella nos recuerda que ‘nadie se salva solo’ (FT 32)”.

En ese sentido, señalaron que “la esperanza nos ayuda a afrontar la crisis, no a huir de ella; porque la esperanza cristiana no es optimismo ingenuo ni evasión de la realidad ni pasividad comodina; si decimos tener nuestra esperanza en Cristo, no podemos resignarnos ante el mal y permanecer con los brazos cruzados como meros espectadores del dolor, pues la esperanza es la virtud teologal que nos sostiene en medio de la tribulación y nos lleva a comprometernos con alegría en la construcción de la paz, recordando que los pequeños pasos, cambios o acciones en la vida cotidiana, nos pueden acercar cada vez más a la paz que tanto anhelamos y que Jesucristo, príncipe de la paz, nos ofrece”.

“Se necesitan hombres y mujeres, como el beato Anacleto González Flores”

Para ello, manifestaron la necesidad de “ser valientes, aún y precisamente cuando el panorama actual nos da miedo. Nuestros santos mártires, muchos de ellos laicos, son fuente de esperanza, porque, aunque humanamente conocieron el miedo ante los desafíos de su tiempo, no se dejaron paralizar por él, sino que ellos vencieron porque Cristo venció y nosotros también venceremos si permanecemos unidos a Cristo”.

Aseguraron que caminan “en la ruta que la Providencia divina ha trazado para nuestro pueblo en este momento histórico: el ya cercano centenario de la resistencia cristera, 2026-2029, el quinto centenario de la presencia de Santa María Guadalupe en el año 2031, memoria de reconciliación y fortaleza para el pueblo de México y que nos acompaña al bimilenario de la Redención Universal en Cristo, en el 2033. Estos acontecimientos no son sólo fechas sino un llamado para renovar nuestra identidad cristiana, nuestra fidelidad al Evangelio y nuestro compromiso con México“.

Finalmente refirieron que “la Iglesia, y nuestra patria, necesitan hombres y mujeres, como el beato Anacleto González Flores, que crean en el Evangelio, que trabajen por la reconciliación y la paz, que promuevan la vida, que defiendan la verdad, que acompañen a los más vulnerables y que mantengan encendida la luz de la esperanza donde otros sólo ven oscuridad, derrotismo y muerte. Hermanos laicos, seamos profetas en la sociedad, promotores de la paz y testigos del Reino de Dios. ¡Viva Cristo rey y Santa María de Guadalupe!”.

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