Cono Sur

Liliana Cortés: “Chile hace mucho rato que dejó de hablar de pobreza”

| 24/11/2025 - 22:54

Pese a los altos índices de población que la vive, la tendencia es hacerla invisible, según denuncia la directora social nacional del Hogar de Cristo





“Chile hace mucho rato que dejó de hablar de pobreza. Nos cuesta ver que hoy, mientras conversamos, hay gente que lo está pasando muy mal. Y no porque no tenga zapatos o comida, que también pasa, sino porque la vida se les hace imposible. Resolver salud, vivienda, trabajo, sentirse totalmente solos… eso también es pobreza. Y, cuando además no tienes recursos para resolverlo, es pobreza severa”. Así describió la situación la actual directora social nacional del Hogar de Cristo, Liliana Cortés, entrevistada por Ximena Torres Cautivo, subgerente de Comunicaciones de la misma institución.



Compromiso con la justicia social

Liliana es trabajadora social, se tituló en la Universidad Católica y se ha desempeñado en organizaciones con actividades directas con los más pobres. Hace dos años asumió la Dirección del Hogar de Cristo, fundado por san Alberto Hurtado, sj, en 1944 para atender a quienes vivían en la calle, especialmente niños, en su compromiso con la justicia social. Desde entonces, ha crecido hasta ahora que acoge y acompaña a personas en pobreza severa desde los primeros años hasta el final de sus vidas.

“Aclara que acoger no significa romantizar la pobreza ni aceptar todo sin condiciones: ‘Lo que buscamos es que cada persona saque la mejor versión de sí mismo. Y para eso no basta la buena voluntad: se necesitan servicios, equipos, recursos, acompañamiento real’”, afirma Ximena en la entrevista publicada en el portal web del Hogar de Cristo.

Una de las dificultades que señala Liliana es la desconfianza que impregna todos los sectores sociales. “Ellos viven la desconfianza en su vida diaria”, dice refiriéndose a las personas que viven en la pobreza.

Construir confianza

“¿Cómo se construye entonces confianza con las personas más vulnerables?”, pregunta la periodista. “Con tiempo. No hay otro camino. Las personas llegan con mucha desconfianza, porque han sido vulneradas miles de veces. Para generar vínculo necesitas estabilidad, saber que vas a estar ahí mañana. Y eso implica que las organizaciones no pueden estar pendientes de licitaciones que no llegan, recursos que se atrasan, programas que se caen. Eso destruye confianza”, asegura Liliana.

En Chile hay pobreza, pero la tendencia es a no verla. “Para Liliana, el desafío es volver a visibilizar algo que preferimos barrer bajo la alfombra. No para victimizar, dice, sino para mirar de frente”, afirma Ximena Torres en la entrevista. “Hay personas que están en Chile, aquí, con nosotros, y que viven situaciones muy precarias. No podemos seguir haciendo como si eso no existiera”, insiste Liliana.

Recientemente han actualizado la metodología para medir la pobreza, lo que genera datos diferentes. La tasa oficial de pobreza en 2024 es del 6,5%, mientras la nueva metodología indica el 22,3% que considera aspectos no considerados en la medición tradicional. En cuanto a la concentración de riqueza, el 1% más rico acumula el 49,8% de la riqueza nacional, provocando que el 57% de los chilenos considere la desigualdad como el problema más importante.

En otro aspecto, más de 120 mil familias viven en ‘campamentos’, que son asentamientos informales formados por hogares que ocupan irregularmente terrenos y carecen de servicios básicos como agua potable, electricidad o alcantarillado. Según datos del Censo 2024 del Instituto Nacional de Estadísticas, hay 21.750 personas en situación de calle.

Solidaridad

“La solidaridad no es un evento ni un día del año. Es una expresión de humanidad. Cuando vivimos acelerados, cuando no miramos al otro, nos deshumanizamos. La solidaridad es detenerse: darle agua a alguien en la calle, escuchar a un vecino, tender una mano sin esperar nada. Eso no requiere plata; requiere tiempo y voluntad”, afirma Liliana.

La autora de la entrevista continúa: “Y agrega algo que pocas veces se dice explícitamente: ‘La solidaridad está muy viva en los barrios más pobres. Porque no hay otra forma de sobrevivir. Ellos se ayudan entre sí todos los días. Nosotros deberíamos mirarlos para aprender’”.

“Necesitamos más encuentro, más pausa, más humanidad. La confianza se construye así: mirándonos a los ojos”, asegura Liliana.

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