En entrevista para Vida Nueva, el párroco de san Francisco de Asís, Mazapa, Teodoro García, asegura que para su comunidad “es un milagro que ‘san Francisquito’ quisiera volver al pueblo”
La comunidad de san Francisco de Asís, Mazapa, su párroco Teodoro García y el obispo de Teotihuacán, Guillermo Escobar, dan la bienvenida al óleo de san Francisco de Asís. Foto: Diócesis de Teotihuacán
La comunidad de san Francisco de Asís, Mazapa, perteneciente a la Diócesis de Teotihuacán, junto con su párroco Teodoro García Romero y el obispo Guillermo Francisco Escobar Galicia, dieron la bienvenida a una pintura al óleo del siglo XVIII de san Francisco de Asís, que fue robada hace 24 años de ese templo.
El 9 de noviembre se llevó a cabo la entronización del óleo con la imagen de san Francisco de Asís, en esa parroquia y fue el obispo de Teotihuacán, quien encabezó la misa, donde destacó que “recuperar una obra de arte significa un reencuentro con aquello que le da identidad a una comunidad. Después de 24 años, esta imagen retorna a casa”.
En entrevista para Vida Nueva, el padre Teodoro García, párroco de san Francisco de Asís, Mazapa, detalló que la obra fue recuperada luego de que, en 2017, la casa de subastas ‘Morton’ identificó que coincidía con un registro de obra robada en el Art Loss Register, “lo que permitió frenar su venta y activar el procedimiento para su devolución”.
Respecto al retorno de la obra robada a la parroquia, el padre Teodoro comentó: “nada en la vida es casual. Es todo un suceso en torno al hecho que se dio en este momento, dadas las condiciones que traía el reporte del robo de las obras de arte de la parroquia de san Francisco de Asís. Por qué ahora y no antes pues la localización se había dado desde 2018. Por eso, porque todo responde a un motivo de fondo causado por el interés, de quien lo asume, no lo llamaría milagro, sino tal vez interés de procurar que el óleo u obra de arte fuese devuelto a su lugar de origen”.
Sin embargo, aseguró el padre Teodoro -quien ha estado al frente de esa parroquia desde el 15 de abril de 2021-, “para mi comunidad es un milagro, algo indescriptible, algo único, un hecho inédito que ‘san Francisquito’ quisiera volver al pueblo después de 24 años de haber sido extraído del templo parroquial”.
Enfatizó en la necesidad de observar que “el arte sacro conlleva toda un serie de detalles, mismos que expresan por un lado la identidad de un pueblo, su fe, su devoción, su cultura, su historia misma que se expresa en sus danzas, sus ofrendas, su gastronomía, sus cantos, sus adornos y demás; ya que todo el ambiente festivo, de solidaridad, de unidad, de participación de un pueblo gira en torno a las imágenes sagradas de los santos o ‘patrones’ de un pueblo, además de embellecer los recintos o espacios físicos donde los fieles se reúnen”.
Por ello -añadió- es importante “protegerlos, resguardarlos, restaurarlos, porque representan la historia de sus antecesores muchas veces solamente difundida a través de la oralidad y otras tantas fundamentadas en hechos o circunstancias, como esta que marca el antes y después de un momento donde la comunidad vive y expresa su amor y fidelidad a Dios, viviendo el Evangelio de Jesús a través del testimonio de los santos, representados en tantas imágenes y otros medios de expresión que enriquecen y embellecen el arte sacro. Como pastores debemos educar y formar la conciencia de los feligreses en el cuidado y salvaguarda del arte sacro expresado sobre todo en las imágenes sagradas de los santos”.