El presidente del Episcopado argentino insistió en la inclusión de todos en el banquete del Señor

  • Marcelo Colombo destacó, en la misa de apertura de la Asamblea Plenaria, el valor del protagonismo de los pobres en la mirada de Dios
  • El arzobispo de Mendoza pidió no ignorar la voz ni los aportes de todos los miembros de una comunidad para la construcción de consensos

El presidente del Episcopado argentino insistió en la inclusión de todos en el banquete del Señor

El arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Marcelo Colombo, presidió la Misa de apertura de la 127º Asamblea Plenaria, que comenzó hoy sus deliberaciones y que continuarán hasta el viernes 7.



En referencia a la lectura del evangelio de Lucas, indicó que el Señor da al anfitrión un consejo exigente y desconcertante: al banquete hay que invitar a los pobres y a los impuros, un mandato desestabilizador porque invierte las prácticas sociales fundas en el reconocimiento mutuo, el amiguismo, el agradecimiento y la correspondencia.

Nadie puede estar excluido

“Jesús le propone un nosotros más grande, con la gratuidad como criterio fundamental, así como lo hace Dios, que ofrece sus dones de manera gratuita”, afirmó el obispo, y remarcó que el dar sin esperar recompensa y ser misericordioso es identificarse con la mirada de Dios en la que los pobres y los marginados tienen lugar en la fiesta. Esto modifica la escala de valores que nos guían, personal y comunitariamente. En Dilexi Te, nº 5, el papa León XIV hizo referencia esta predilección del Señor: el contacto con quien no tiene poder ni grandeza es un modo fundamental de encuentro con el Señor de la historia. En los pobres Él sigue teniendo algo que decirnos”.

El titular del Episcopado sostuvo que si la vida puede ser entendida como una fiesta a la que todos están llamados y nadie puede ser excluido porque “No hay poder humano sobre el derecho a la vida y a la participación de los dones de Dios”. Por lo tanto, la misión de los cristianos es luchar con todas nuestras energías, junto a la sublime causa de la paz, por el derecho a la vida y su dignidad, en todas las etapas de la existencia humana. Y señaló que la institución viene acompañando a las personas con discapacidad, los jubilados, víctimas de las adicciones y la trata, los niños y jóvenes afectados por la ludopatía virtual.

Enfatizó lo dicho por el Papa en la reciente exhortación apostólica: “(…) es responsabilidad de todos los miembros del pueblo de Dios hacer oír, de diferentes maneras, una voz que despierte, que denuncie y que se exponga, aun a costo de parecer “estúpidos”. Las estructuras de injusticia deben ser reconocidas y destruidas con la fuerza del bien, a través de un cambio de mentalidad, pero también con la ayuda de las ciencias y la técnica, mediante el desarrollo de políticas eficaces en la transformación de la sociedad.” (Papa León, Dilexi te, n. 97).

La fiesta de la amistad social

Colombo propuso pensar en la amistad social como una fiesta a la que todos están invitados y “resulta imperioso, más que nunca, referirnos a la participación sin exclusiones”. Agregó que quienes tienen un mandato del pueblo para ejercer un cargo, no deben ignorar la voz y los aportes de todos los miembros y sectores de esa comunidad. “La construcción permanente de consensos debería ser el norte de quienes quieran gobernar con amor, inteligencia y pasión por el bien de su pueblo”.

Destacó que la Sinodalidad permite a los cristianos desarrollar una cultura capaz de profetizar críticamente frente al pensamiento dominante y ofrecer así una contribución distintiva a la búsqueda de respuestas a muchos de los retos y a la construcción del bien común” (DF 47).

Cree que, con los plenarios, los obispos tienen la posibilidad de compartir inquietudes y experiencias apostólicas, problemas y sufrimientos, sueños y proyectos de la gente y de las Iglesias particulares, con la convicción de buscar juntos lo mejor para la Iglesia en la Argentina, en trabajo con las comisiones y consejos para profundizar el seguimiento de reas de interés pastoral.

Para concluir, recordó la invitación que surgió este año de la Semana Social: “Que la sabiduría del diálogo, la misericordia que acoge y la alegría de la esperanza nos impulsen a involucrarnos y organizarnos como sociedad para tejer vínculos que hagan posible una Patria con verdadera Amistad Social y orientada al bien común.”

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