La orden publicó una carta el pasado 24 de octubre en la que rechaza las declaraciones del magisterio papal y el Concilio Vaticano II
Redentoristas transalpinos
El caso de los Redentoristas Transalpinos, así como su posible cisma con la Iglesia católica, ocupa ahora el centro de la atención en el Vaticano. Y es que, tal como recoge Katholisch, el obispo de Aberdeen, Hugh Gilbert, condenaba en un comunicado del pasado 24 de octubre una carta abierta publicada por la orden religiosa en la que rechazan las declaraciones del magisterio papal y del Concilio Vaticano II.
“La diócesis lamenta profundamente el tono, la orientación y los elementos centrales de esta carta”, reza el comunicado, en el que el obispo subraya que “es incompatible con la comprensión católica de la unidad de la Iglesia”. Ahora, los dicasterios vaticanos pertinentes han sido informados y están investigando la situación.
Los Redentoristas Transalpinos (Hijos del Santísimo Redentor) son una comunidad de derecho diocesano en la diócesis escocesa de Aberdeen. Gilbert es, por lo tanto, la autoridad eclesiástica directamente responsable de su supervisión, mientras que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe es la autoridad judicial competente para el delito canónico de cisma.
Hace dos semanas, la orden publicó una carta en la que sus miembros anunciaban que ya no reconocían a la “Iglesia moderna”. “Tras años de examen y experiencia, hemos llegado a la lamentable conclusión de que la fe católica tradicional, la fe de todos los tiempos y de los santos, es incompatible con la nueva Iglesia moderna, fruto del Concilio Vaticano II. Simplemente no pueden coexistir en un mismo cuerpo”, afirmaba la carta. Por su parte, el obispo de Aberdeen reiteró su disposición al diálogo con la orden religiosa. Sin embargo, les ha retirado temporalmente la autorización para celebrar la liturgia preconciliar en la iglesia de San Juan en Fetternear.
En una carta a la congregación, publicada en Facebook, el obispo explicó con más detalle sus decisiones, en la que afirmaba que las formulaciones utilizadas por los Redentoristas Transalpinos, como la distinción entre una “iglesia de tradición” y una “iglesia moderna”, son inaceptables: “Hay una sola Iglesia indivisible de Cristo, que une pasado, presente y futuro, nuestra Madre, que nos guía a todos al Reino de los Cielos”.
La orden, con filiales en Escocia y Nueva Zelanda, lleva meses inmersa en un conflicto con el obispo Michael Gielen de la diócesis neozelandesa de Christchurch. Tras una visita apostólica el año pasado, Gielen ordenó a la orden que abandonara su diócesis.
La visita se produjo a raíz de informes en los medios de comunicación sobre exorcismos no autorizados que supuestamente traumatizaron a personas, incluidos menores. La orden religiosa negó las acusaciones, mientras que las apelaciones presentadas ante el Vaticano contra la expulsión no prosperaron este verano. En su carta abierta, la orden religiosa recalcó su intención de continuar su labor en Christchurch.
Los Redentoristas Transalpinos fueron fundados en 1988 y en sus inicios estuvieron estrechamente vinculados a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Tras la aprobación por el Papa Benedicto XVI de la celebración de la liturgia preconciliar como “forma extraordinaria del rito romano” en 2007, la orden recuperó la plena comunión con el Papa en 2008. En 2012, fue reconocida como orden religiosa de derecho diocesano en Aberdeen, donde se encuentra su casa principal. La orden está presente en Nueva Zelanda desde 2017.