La entidad activó desde el primer momento un proyecto integral de emergencia y postemergencia para garantizar la atención social y sanitaria a las personas más vulnerables
Hace ahora un año que las inundaciones provocadas por la DANA azotaron la Comunidad Valenciana y causaron devastadores daños materiales y humanos, con más de 845.000 personas afectadas. El temporal inutilizó equipamientos esenciales de salud, educación y transporte, y agravó la vulnerabilidad de amplios sectores de la población. Las personas mayores, dependientes o con enfermedades crónicas, fueron las más perjudicadas por el colapso de sus redes de apoyo y cuidados.
En este contexto, desde San Juan de Dios se activó un proyecto integral de emergencia y postemergencia para garantizar la atención social y sanitaria a las personas más vulnerables. Desde el primer momento, el equipo profesional y voluntario del centro se movilizó para ofrecer alojamiento, alimentos, ropa, productos de higiene, apoyo emocional y acompañamiento social a las familias más afectadas.
“Nuestra misión es estar junto a quienes más lo necesitan, especialmente en momentos de emergencia. La DANA dejó a muchas familias en una situación muy delicada y no podíamos mirar hacia otro lado”, afirma Isabel Tortajada, directora de Sant Joan de Déu València.
El equipo de SJD València realizó un mapeo exhaustivo del territorio, recorriendo las zonas más afectadas para identificar el impacto real del temporal. A partir de esta información, se aplicó una metodología de triaje social que permitió clasificar los casos según su nivel de vulnerabilidad y priorizar la atención en las situaciones más graves.
“Gracias a este sistema, pudimos detectar con precisión las necesidades de cada persona o familia, elaborar un diagnóstico y definir el acompañamiento necesario, garantizando seguimiento, escucha activa y derivación a los recursos más adecuados”, explican Nora y Diego, integrantes del equipo técnico.
Parte de los profesionales del centro también se vio directamente afectado por la catástrofe, ya que residía en municipios como Torrent, Aldaia, Paiporta, Catarroja, Massanassa, Picanya o La Torre. Este vínculo personal permitió una respuesta ágil, cercana y profundamente humana, en estrecha coordinación con los ayuntamientos y con entidades del tercer sector.
En total, la institución atendió a más de 25.000 personas en las diferentes fases de la emergencia, muchas de ellas procedentes de los barrios y municipios más golpeados por el temporal. Para hacer posible esta respuesta, se coordinó un equipo de más de 600 personas voluntarias que colaboraron en las labores de limpieza, distribución de alimentos, acompañamiento y apoyo logístico.
Durante los meses posteriores a la DANA, Sant Joan de Déu València llevó a cabo una intensa labor logística para atender las necesidades más urgentes de la población afectada. Los equipos de la institución distribuyeron más de 13.600 entregas de productos básicos, junto con 25.161 raciones de comida caliente y 8.072 barras de pan en los distintos puntos de reparto habilitados.
Además, se ofreció una atención personalizada en el domicilio de las personas que no podían desplazarse. En este ámbito, se realizaron 1.279 entregas de comida caliente a domicilio y 172 compras semanales, garantizando el acceso a alimentos y productos esenciales.
La intervención también incluyó un acompañamiento social y emocional constante, con 800 atenciones sociales y 134 atenciones en salud mental, destinadas a apoyar a quienes más sufrieron las consecuencias del temporal. Estas cifras reflejan el alcance de una respuesta que, más allá de cubrir necesidades materiales, puso en el centro la atención humana, la escucha activa y el acompañamiento integral a cada persona y familia.
Durante la DANA, se desarrolló en tiempo récord VALIA, una aplicación propia que permitió geolocalizar los puntos de actuación y coordinar en tiempo real la distribución de ayuda en los municipios afectados. El éxito de esta herramienta ha llevado a su implantación permanente en los programas de atención al sinhogarismo, mejorando la coordinación de los equipos de calle y optimizando la gestión de recursos.
Asimismo, tras las fases iniciales de la emergencia, la prioridad del equipo de SJD València ha sido el realojamiento de las familias que perdieron su vivienda. La falta de alquileres asequibles y la vulnerabilidad previa de muchas personas han convertido este reto en uno de los principales ejes de trabajo actual.
“Cuando llegó la DANA, compartíamos piso en Quart de Poblet y teníamos un bebé de apenas 20 días. Lo perdimos todo… Ahora vivimos en nuestra propia casa, como una familia. Poco a poco estamos reconstruyendo nuestra vida”, relata Jennifer, participante del programa de viviendas de transición. Actualmente, se continúa ofreciendo soluciones de alojamiento temporal y acompañamiento social, garantizando una atención sostenida más allá de la emergencia y acompañando a las familias en su proceso de recuperación.
Por otro lado, Sant Joan de Déu València hace un llamamiento a propietarios y entidades con viviendas disponibles en la zona para colaborar en el programa de viviendas de transición, que permita ofrecer alojamiento temporal a familias que aún no han podido recuperar su estabilidad residencial. Ceder una vivienda a este programa supone una contribución directa a la reconstrucción de vidas y a la recuperación de la esperanza de quienes más lo necesitan.
Conscientes de que la recuperación sería un proceso largo y complejo, San Juan de Dios puso en marcha la campaña solidaria www.emergenciadana-sjd.org con el objetivo de cubrir las necesidades básicas y ofrecer acompañamiento social, económico y emocional a las personas afectadas por la DANA.
La respuesta contó también con el apoyo solidario de distintos centros de San Juan de Dios en España, que canalizaron donaciones, materiales y recursos humanos para reforzar la intervención en la Comunidad Valenciana. Un año después, la iniciativa —que sigue activa— ha logrado movilizar la solidaridad de cientos de personas, empresas y entidades, permitiendo que decenas de familias recuperen su estabilidad y esperanza. Hasta el momento, la campaña ha recaudado más de 150.000 euros, destinados íntegramente a apoyar los procesos de recuperación y reconstrucción.
“Las emergencias climáticas ponen a prueba nuestra capacidad de reacción, pero también sacan lo mejor de la comunidad. Hemos recibido una gran muestra de solidaridad por parte de empresas, particulares y entidades”, destaca Benjamín Pamplona, superior de la comunidad de Hermanos.
San Juan de Dios mantiene su compromiso con el pueblo valenciano y con todos los municipios afectados por la DANA, reafirmando su misión de hospitalidad, solidaridad y atención integral a las personas en situación de vulnerabilidad. “La reconstrucción no solo pasa por reparar lo material, sino por acompañar a las personas en la recuperación de su vida y su esperanza”, concluye Isabel Tortajada.
