México

Cardenal Arizmendi: “Es necesario abrir mente y corazón para valorar más la cultura indígena”

| 24/10/2025 - 19:50

En entrevista para Vida Nueva comparte lo abordado en el ‘Jubileo virtual de los pueblos originarios’, llama a “darles su lugar en la Iglesia” y “asumir lo bueno que Dios ha sembrado en sus culturas”





El cardenal mexicano Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas (Chiapas), manifestó que es necesario “abrir más la mente y el corazón, para valorar las culturas de los pueblos originarios y darles más su lugar en la Iglesia, además de discernir lo que no sea conforme al Evangelio”.



En entrevista para Vida Nueva compartió los puntos principales abordados en el ‘Jubileo virtual de los pueblos originarios’, que tuvo como lema ‘Pueblos originarios, fuente de esperanza para el mundo’, efectuado recientemente a través de la plataforma Zoom y al que fueron convocados religiosos y laicos de América Latina.

En ese contexto, Arizmendi hizo un llamado a “darles su lugar en la Iglesia” y “asumir lo bueno que Dios ha sembrado en sus culturas”; “no despreciemos más a los hermanos de los pueblos originarios. Aprendamos a valorar su cultura, diferente a la nuestra, porque, en sus vivencias que son conformes con el Evangelio, Dios enriquece a la sociedad y a la Iglesia”.

“Una vivencia de la fe experiencial con elementos de la misma naturaleza”

PREGUNTA.- ¿Cuáles considera fueron los principales aportes de los temas abordados en el ‘Jubileo virtual de los pueblos originarios’?

RESPUESTA.- En primer lugar, que se haya realizado. Estaba programado el VIII Simposio de Teología India, con participación presencial, pero se pospuso por cuestiones logísticas para abril de 2026. Por esta razón, se pensó utilizar la misma fecha para dar oportunidad, con motivo del Jubileo de la Encarnación, de abrir las puertas de indígenas y no indígenas a Jesucristo, y por Él, que es la puerta, abrir más nuestro corazón a los pueblos originarios, a quienes en muchos lugares se les han cerrado las puertas.

Hubo tres temas en torno a los cuales giraron no conferencias, sino experiencias de jóvenes, de mujeres y de sabios y ancianos, todos ellos indígenas de diversos países de nuestra América. Ellos nos compartieron sus dolores, sus sufrimientos por la marginación persistente, pero también sus esperanzas de que otro mundo es posible, la esperanza de una vida mejor para todos.

P.- De acuerdo con su experiencia, ¿qué características de la fe indígena son peculiares?

R.- Su experiencia de fe no es tanto de conceptos, sino de vivencias. Por ello, cuando a veces les preguntamos el por qué de algunos ritos, no tienen una explicación académica, sino sólo la costumbre para relacionarse con Dios con símbolos muy concretos, como las flores, las velas, el incienso, las danzas. Es una vivencia de la fe no etérea y abstracta en conceptos, sino experiencial con elementos de la misma naturaleza, en la que está la mano de Dios, y le agradecen, le suplican y le expresan su reconocimiento.

Misa indígena en Chiapas. Foto: Diócesis de San Cristóbal de Las Casas

En México se realizan encuentros anuales de seminaristas indígenas

P.- En lo que se refiere a las vocaciones sacerdotales indígenas ¿considera usted que hay mayor interés sobre todo en México y Latinoamérica? ¿por qué?

R.- Es un tema con muchos aspectos. En algunas diócesis con presencia indígena, poco se promueve esta pastoral vocacional, como si los indígenas no fueran capaces de asumir las responsabilidades sacerdotales. En otras partes, son los mismos seminaristas indígenas que ocultan su identidad, por toda la marginación que han padecido por siglos.

En cambio, en otras diócesis, como San Cristóbal de Las Casas, como la mayoría de los seminaristas es indígena, se encuentran en su ambiente y sufren menos la discriminación. Con todo, el hecho de que actualmente menos jóvenes indígenas se casan, y los que se casan ya no tienen muchos hijos, ese cambio cultural provoca que haya menos hijos candidatos al sacerdocio.

Se tienen anualmente encuentros nacionales de seminaristas indígenas, para apoyarles en su proceso vocacional que no les haga perder sus raíces. Hace unos nueve años, siendo responsable de la Dimensión de Cultura en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), organicé un encuentro latinoamericano de seminaristas indígenas, y recuerdo con emoción lo que uno expresó al final: “Ya no me avergonzaré de ser indígena, sino que aportaré mi cultura al seminario”.

Algunos ritos de los indígenas son perfectamente compatibles con la liturgia

P.- ¿Hacia dónde debe ir la Iglesia para conseguir valorar la cultura de los pueblos originarios?

R.- Es un proceso largo. Los documentos de la Iglesia en América Latina, como los de Santo Domingo y Aparecida, insisten mucho en darles su lugar en la Iglesia, en asumir lo bueno que Dios ha sembrado en sus culturas, en promover las vocaciones locales e ir asumiendo cuanto sea compatible con la liturgia católica.

En México, el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobó no sólo traducciones para la Misa, sino también algunas adaptaciones, asumiendo en la Misa algunos ritos que viven los indígenas y que son perfectamente compatibles con la liturgia. En la próxima asamblea de la CEM, de acuerdo con Roma, se tomarán acuerdos sobre qué idiomas indígenas pueden ser considerados como lenguas litúrgicas aprobadas, ver el proceso de traducciones y adaptaciones para esas culturas.

Hasta ahora, sólo se han reconocido como lenguas litúrgicas el tseltal y el tsotsil de Chiapas, más el náhuatl para todo el país. Es un proceso lento, alentado sobre todo por San Juan Pablo II, por los papas Benedicto XVI y Francisco, y ahora también por el papa León XIV.

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