Es considerada artesana de paz y reconciliación, porque en su misión constante trató de poner de acuerdo a los colonos con los indígenas
María Troncatti, religiosa de Hija de María Auxiliadora (Salesiana), una misionera italiana, radicada en Ecuador por 47 años, entregada al servicio de los pueblos amazónicos, se encuentra entre los nuevos santos de este 19 de octubre.
Trabajó en el Vicariato Apostólico de Méndez, por eso, también la Iglesia ecuatoriana le rinde honores. Rafael Cob, obispo de Puyo y presidente de la Red Eclesial Panamazónica (Repam), viajó a Roma.
El prelado de origen español ha dicho que la salesiana será la primera santa en suelo amazónico ecuatoriano. Su cuerpo está en la parroquia de Sucúa, Macas, en la provincia de Morona Santiago, al centro-sur de la región amazónica del Ecuador,.
Una delegación, encabezada por el cardenal Luis Cabrera, presidente del Episcopado, desde el 14 de octubre está en Roma para participar en la ceremonia de la canonización. Entre estos, se encuentra Juwà Juank Kankua Bosco, miembro del pueblo Shuar, quien recibió el milagro que llevó a la religiosa a los altares.
El milagro reconocido a la hermana Troncatti ocurrió en Morona Santiago el 2 de febrero de 2015. Juwà Juank había sufrió un grave accidente que le causó una fractura craneal con pérdida de sustancia cerebral y daño axonal difuso, quedando en estado vegetal.
Su familia y comunidad, llevadas por fe, pidieron la intercesión de Sor María. Estando convaleciente, el indígena cuenta que soñó con la monja, quien se acercaba a él y le decía que al despertar podría hablar y caminar.
Así ocurrió. El hombre despertó consciente y la recuperación no tuvo secuelas, sin rehabilitación permanente. Esto fue investigado y aprobado por el Dicasterio para las Causas de los Santos y reconocido oficialmente por el papa Francisoc el 25 de noviembre de 2024.
Troncatti fue una “artesana de paz y reconciliación” en Ecuador. Nació en 1883 en Corteno Golgi, Italia. Conoce a las salesianas mediante un boletín Salesiano. Decide ingresar. Ya consagrada, con 39 años, partió hacia las selvas amazónicas ecuatorianas en 1922.
Misionó en Macas, Sucúa y Sevilla Don Bosco, donde atendió temas de educación, salud y evangelización. Fue enfermera, partera, maestra y mediadora en conflictos entre colonos e indígenas.
El postulador de la causa, Pierluigi Cameroni, explicó que “la paz nace dentro de nosotros: somos hombres y mujeres de paz en la medida en que somos personas reconciliadas”, por eso ella fue capaz de transformar los conflictos de su tiempo, porque primero cultivó “la paz en su corazón”.
Un 25 de agosto de 1969 Troncatti falleció en un accidente aéreo. La avioneta donde viajaba cayó en la selva, los indígenas exclamaron: “Ha muerto nuestra madre, ha muerto la santa”. La madrecita, como la llamaban los indígenas, sigue presente entre ellos.
Su canonización ha generado mucha alegría entre las salesianas. Elisa Molinari, encargada de comunicaciones de esta congregación, señaló que esta canonización es un acontecimiento de Iglesia y de familia salesiana, porque “la santidad continúa manifestándose entre nosotros como una fuente de esperanza y guía en la misión”.
Justo con el Domund 2025, la monja de la paz de la Amazonía llega a los altares para seguir intermediando por los pueblos indígenas a los que tanto se dedicó, llevando la palabra y la paz.
De hecho, la Iglesia ecuatoriana, camino a esta canonización, adoptó el lema “Madre Misionera, artesana de paz y reconciliación”. Chiara Cazzuola, superiora general, apuntó que “sor María es madre, ante todo. Es misionera, porque lo que hizo, con la fuerza de Dios y la sabiduría del Espíritu Santo”.
“Solo una misionera de corazón grande y generoso puede hacerlo. Es artesana de paz y reconciliación porque, en su misión constante, trató de poner de acuerdo a los colonos con los indígenas”, finalizó.
