Asia

León XIV implementa a toda máquina el acuerdo de Francisco con China: nuevo obispo auxiliar para Shanghái

| 16/10/2025 - 11:08

En apenas cinco meses de pontificado, Robert Prevost ha nombrado a cinco nuevos pastores para el gigante asiático, en un ritmo muy superior al de Jorge Mario Bergoglio





Tal y como ha anunciado la Santa Sede, ayer, 15 de octubre, Ignazio Wu Jianlin fue consagrado obispo y se incorporó a la Diócesis de Shanghái como prelado auxiliar. Fue el pasado 11 de agosto cuando León XIV le “nombró” a tal efecto, pasando dos meses hasta que el Gobierno de China dio luz verde al mismo y, tras “haber aprobado su candidatura”, se haya celebrado la ceremonia de consagración y toma de posesión.



Como detalla el Vaticano, Wu Jianlin tiene 55 años y, tras formarse en la propia Diócesis de Shanghái, “fue ordenado presbítero el 22 de diciembre de 1997 y nombrado director espiritual del seminario y vicario de la parroquia de Zhongshan”. De 2013 a 2023, “contribuyó a la gestión de la diócesis durante el período de sede vacante. Posteriormente, ocupó el cargo de vicario general”. Estamos, pues, ante un miembro de la Iglesia católica fiel a Roma y que, por lo tanto, pasó muchos años en régimen de semiclandestinidad, frente a la Iglesia “oficial” y fiel al régimen.

Cambio de paradigma

Una situación que cambió en 2018, cuando, por el impulso de Francisco, China y la Santa Sede firmaron un acuerdo provisional para el nombramiento de obispos. Cada dos años lo han renovado ambas entidades y, en 2024, ya se hizo por un período de cuatro años.

Pese a que desde ciertos sectores se deslizó que León XIV no continuaría con la ‘senda china’ de Jorge Mario Bergoglio, la realidad es que, menos de dos meses después de su elección papal, el 5 de junio, Robert Francis Prevost firmó el nombramiento de su primer obispo para el país asiático. Y lo hacía de acuerdo con el régimen comunista, que ratificó a los pocos días a Giuseppe Lin Yuntuan, de 73 años, como auxiliar de Fuzhou.

Además de esa premura, llamó la atención que se trataba de un prelado que había pertenecido a la histórica Iglesia clandestina. Así, lejos de romper el pacto con Pekín, el mes pasado se comprobó cómo este ha acelerado en su implementación. Y con dos gestos cargados de simbolismo. El primero tuvo lugar el pasado 10 de septiembre, cuando, tras suprimirse las diócesis de Xuanhua y Xiwanzi, se creó una nueva sobre su territorio, la de Zhangjiakou, y se consagró a Joseph Wang Zhengui, perteneciente a la histórica “Iglesia oficial” (afín a las autoridades), como primer pastor de la comunidad local.

Ratificaciones de la Santa Sede

Solo dos días después, la Santa Sede era la encargada de dar a conocer el nombramiento de otros dos obispos para China. Algo ciertamente inusual, pues, en estos ocho años desde la firma del acuerdo provisional, lo habitual es que hayan sido muy escasas las designaciones episcopales, dándose incluso casos en los que era Pekín la que las anunciaba y la Santa Sede se veía obligada a ratificarlas.

Así, el 12 de septiembre, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, difundió una declaración en la que se expresaba la “satisfacción” eclesial con motivo de “la toma de posesión del cargo de obispo auxiliar de Zhangjiakou por parte de Giuseppe Ma Yan”, que acompañará por tanto a Joseph Wang Zhengui en la Iglesia local creada apenas 48 horas antes.

Tras recibir este el reconocimiento civil “a todos los efectos”, se hacía lo propio con un tercer prelado, Agostino Cui Tai, obispo emérito de Xuanhua, quedando confirmado que Pekín acepta su “dignidad episcopal”. En este sentido, hay que valorar que tanto Ma Yan (a sus 65 años, era obispo de Xiwanzi, aunque el régimen no le aceptaba como tal) como Cui Tai pertenecían también a la Iglesia clandestina. En el caso de este último, a sus 75 años, estamos ante una figura histórica para los católicos opuestos al Gobierno, que le hostigó y arrestó en numerosas ocasiones, llegando a pasar temporadas encarcelado.

De ahí que, para Bruni, había que resaltar que “estos acontecimientos, fruto del diálogo entre la Santa Sede y las autoridades chinas, constituyen un paso importante en el camino comunitario de la nueva diócesis”. Un mes después, se ha acelerado aún más.

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