El primer macroencuentro interdiocesano entre Madrid, Getafe y Alcalá culmina con una llamada a comprometerse con la realidad: “Si no se transforma el mundo, algo estamos haciendo mal”
Jóvenes participantes en el WOW Festival, en Madrid
Más de doce horas de maratón cristiano, entre magia, música, talleres, testimonios, oración y eucaristía. Y más de 6.000 adolescentes y jóvenes ganándose el Jubileo de la Esperanza en la catedral de la Almudena, procedentes de las tres diócesis madrileñas: Madrid, Getafe y Alcalá. Así es como se conformó el puzzle de ‘WOW Fest’, el encuentro que por primera vez reunía a la nueva generación de católicos de la provincia eclesiástica.
Bajo el lema ‘Walk On Wonder’ (Camina en el Asombro), a la una de la tarde se celebró una eucaristía en el templo madrileño, animada musicalmente por el coro y la orquesta de la diócesis de Getafe, después de una gymkana por las calles de la capital. El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, presidió la misa junto con Antonio Prieto, obispo de Alcalá de Henares y José María Avendaño, obispo auxiliar de Getafe.
El purpurado centró su homilía en compartir con los presentes que “la esperanza verdadera tiene un nombre: Jesucristo”. “Él nació, vivió, sufrió, murió y resucitó para mostrarnos el camino de la verdadera alegría”, añadió. Con esta premisa, el cardenal invitó a los participantes en la celebración a activar la escucha a Jesús desde el corazón. “La voz de Jesús no es como un vídeo de TikTok: rápida, neutra, anónima. La voz de Jesús a veces es un susurro, otras es un silencio, otras como un beso en el alma o como una llamada, pero nunca agresiva y aterradora”, expuso Cobo, que hizo hincapié en que “es la voz del amor que siempre te deja libre, que nunca te obliga”.
Junto a esta reflexión, el cardenal invitó jóvenes a compartir la amistad de Jesús caminando con los demás cristianos. “La fe sin comunidad y sin Iglesia se apaga”, sentenció. De la misma manera, reivindicó el protagonismo de jóvenes y adolescentes en el futuro eclesial: “La Iglesia os necesita para crear nuevas formas pastorales que den testimonio de esperanza en nuestro mundo”.
Lejos de quedarse ahí, en su homilía invitó a los peregrinos a comprometerse con la realidad que les rodea: “Si no se transforma el mundo, algo estamos haciendo mal, porque el testimonio de Cristo siempre transforma nuestro mundo”. “Ya se ha terminado aquello de ser cristiano por moda o por familia o porque me han traído. Pero no se ha terminado el seguir ahora de forma nueva a Jesús”, planteó el purpurado.
Y si el cardenal de Madrid presidió la eucaristía, fue el obispo auxiliar de Getafe, José María Avendaño, el encargo de clausurar el jubileo tras la vigilia y la fiesta musical. “Cada uno de vosotros es llamado a ser luz en medio de la ciudad, alegría en medio de la rutina, esperanza en medio de tantas oscuridades”, expresó Avendaño a modo de envío. En esta misma línea, clamó: “Sois una generación llamada a no conformarse, a no dejarse arrastrar por el desánimo o la indiferencia. Dios sueña con cada uno de vosotros”.
El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, que no pudo participar por motivos de agenda que le llevaron hasta Almería, envió un mensaje a los participantes en el que animó a los jóvenes a ser “testimonio de alegría, de paz frente al enfrentamiento, de unidad frente a la agresión”.