León XIV, durante la audiencia general del 17 de septiembre de 2025
Consolidar las reformas de Francisco, moverse en el marco del magisterio eclesial y no precipitarse en cualquiera de los temas de frontera que está llamado a pastorear hasta no conocer en detalle cada uno de ellos. Esta parece ser la máxima que guía a León XIV en estos primeros cuatro meses de Pontificado, a la luz de la primera entrevista que ha concedido a la periodista Elise Ann Allen y que forma parte de su biografía autorizada que sale hoy a la venta en Perú y el 2 de octubre en España: ‘León XIV: Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI’ (Debate).
Sea en lo que se refiere a la acogida a los homosexuales, al papel de la mujer en la Iglesia, la crisis financiera del Vaticano o la reestructuración de la Curia, más allá de la continuidad, el papa Robert Prevost avala el trabajo realizado por Jorge Mario Bergoglio y se compromete a apuntalarlo y a desarrollarlo.
Por ejemplo, en lo que se refiere al colectivo LGTBIQ+, respalda el documento ‘Fiducia Supplicans’, publicado hace casi dos años y que abre la puerta a “bendecir a todas las personas”. Eso sí, matiza, como ya lo hizo el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y como dejo caer el Papa fallecido, que “no busca una forma de ritualizar”.
En este sentido, se identifica con el “todos, todos, todos” enunciado por el papa Francisco: “Todos están invitados a entrar, pero no invito a una persona porque sea o no de una identidad específica. Invito a una persona porque es un hijo o una hija de Dios. Todos son bienvenidos y vamos a conocernos y a respetarnos”.
“Los individuos serán aceptados y recibidos”, insiste en otro omento.
Sabedor de que “la gente quiere que la doctrina de la Iglesia cambie”, pero él es más partidario de cambiar “actitudes”. “Me parece muy improbable, ciertamente en un futuro cercano, que la doctrina de la Iglesia cambie en términos de lo que enseña sobre la sexualidad y el matrimonio”, remitiéndose al papa Francisco y subrayando que la familia “tradicional” está conformada por un hombre y una mujer.
Consciente de que es un tema “altamente polarizador”, confiesa que “no tengo un plan en este momento” sobre los pasos que dará al respecto. “Creo que la enseñanza de la Iglesia continuará como está”, subraya el Pontífice agustino.
En lo que a la mujer se refiere, también expresa que “espero seguir los pasos de Francisco, incluyendo la designación de mujeres en algunos roles de liderazgo, en diferentes niveles, en la vida de la Iglesia, reconociendo sus dones y su contribución a la Iglesia de muchas maneras”. Y al igual que el Papa jesuita, tampoco tiene “la intención de cambiar la enseñanza de la Iglesia” sobre la ordenación de mujeres diaconisas”. Es más, formula una pregunta que también ponía sobre la mesa su predecesor: “¿Querríamos simplemente invitar a las mujeres a clericalizarse, y qué ha resuelto eso realmente?”. En cualquier caso, anuncia que esperará a los dictámenes que presenten los grupos de estudio abiertos en el Vaticano: “Caminaremos con eso y veremos qué resulta”.
En otro orden de cosas, León XIV no evade otro de los debates abiertos en el seno de la Iglesia, como la misa tridentina. “Se puede decir misa en latín ahora mismo”, expresa en un primer momento cuando reflexiona sobre esta cuestión. A partir de ahí, el papa Prevost alerta de cómo la misa tridentina “se ha convertido en una herramienta política”, en tanto que “algunos usan la liturgia como excusa para promover otros temas”. Con esta premisa, confiesa que “no he tenido la oportunidad de sentarme realmente con un grupo de personas que aboguen por el rito tridentino”. “Pronto se presentará una oportunidad, y estoy seguro de que habrá ocasiones para tratarlo”.
Más allá de estas cuestiones, al hablar de la crisis financiera que atraviesa el Vaticano, León XVI aprecia que se tomaron “medidas significativas para establecer nuevos controles y equilibrios”. De hecho, comenta que “los resultados se están viendo”. “No me quita el sueño, tenemos que continuar el proceso de reforma que Francisco comenzó”.
Con relación a la reforma de la Curia, pone en valor la reestructuración que se ha llevado a cabo de la mano de la constitución ‘Praedicate Evangelium’, aprobada en marzo de 2022. “Como en cualquier organización humana, hay cosas positivas y hay cosas que necesitan ser mejoradas”, comenta, con la mirada puesta en que los Dicasterios dejen de trabajar de forma aislada.
La lacra de los abusos sexuales tampoco se escapa de su reflexión, expresándose con determinación sobre la necesidad de “una sensibilidad y compasión auténticas y profundas hacia el dolor y el sufrimiento” de las víctimas”. Y, a la vez que subraya que el más del 90% de las denuncias son auténticas, también reivindica la necesidad de preservar la presunción de inocencia del acusado.
Cuando se le pregunta por las nuevas tecnologías, el Papa asegura que “va a ser muy difícil descubrir la presencia de Dios en la Inteligencia Artificial”. Y añade: “Si la Iglesia no alza la voz, o si alguien no lo hace, aunque la Iglesia ciertamente debe ser una de las voces aquí, el peligro es que el mundo digital siga su propio camino y nos convirtamos en peones, o seamos dejados de lado”.
Al abordar el contexto internacional, sobre la situación de Gaza, entra en el debate sobre el término genocidio. “La palabra genocidio se está usando cada vez más. Oficialmente, la Santa Sede no cree que podamos hacer ninguna declaración al respecto en este momento”, apunta. Justo después plantea que “hay una definición muy técnica de lo que podría ser un genocidio, pero cada vez más personas están planteando la cuestión, incluyendo dos grupos de derechos humanos en Israel que han hecho esa declaración”.
El Papa norteamericano también afronta la relación con su país de origen y con Donald Trump. “No tengo planeado involucrarme en la política partidista”, sentencia. Prefiere que sean los obispos quienes se relacionen con el presidente. “Pero si hubiera temas específicos en los que sí fuera posible comprometerme con él, no tendría ningún problema en hacerlo”, expone Prevost. Además, deja caer que quizá no es del agrado del líder republicano: “El presidente Trump hizo una declaración la semana pasada sobre que no tenía en su agenda querer reunirse conmigo, y luego dijo: «Pero su hermano es un buen tipo», y eso está bien. Uno de mis hermanos lo ha conocido y ha sido muy abierto sobre sus puntos de vista políticos”.
En este punto, León XIV redobla su apoyo a Francisco en lo que a la cuestión migratoria se refiere, aplaudiendo la carta que dirigió a los pastores norteamericanos en la que criticaba dura y abiertamente la mano dura de Trump con los extranjeros: “Me alegró mucho ver cómo los obispos estadounidenses lo asumieron, y algunos de ellos fueron lo suficientemente valientes como para seguir adelante con eso”.
Con todas estas cuestiones por delante, el Papa agustino se presenta como un aprendiz y una visión clara de cuál es su misión: “No veo que mi papel principal sea el de tratar de ser el solucionador de los problemas del mundo. No veo mi rol así en absoluto, en realidad, aunque creo que la Iglesia tiene una voz, un mensaje que necesita seguir siendo predicado, ser hablado y hablado en voz alta”.