Doce prelados, entre los que figuran los cardenales Carlos Castillo, arzobispo de Lima, y Pedro Barreto, rechazan esta medida del Gobierno
Dina Boluarte, presidenta de Perú
Dina Boluarte, presidenta de Perú, ha firmado una Ley de amnistía que absuelve a los militares, policías y miembros de los Comités de Autodefensa por crímenes cometidos durante la guerra que enfrentó al Estado peruano contra las guerrillas de ultraizquierda, entre 1980 y 2000.
Defensores de derechos humanos, Naciones Unidas y la propia Iglesia, encabezada por el cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, han encendido las alarmas.
Aseguran que “esta ley fomenta la impunidad de los delitos de lesa humanidad, entre ellos, las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, violaciones sexuales y torturas”.
Mientras la primera Mandataria justifica que “muchos de estos hombres y mujeres entregaron su vida en defensa de la paz que hoy gozamos”.
Agrega que los imputados cargaron durante años con “el peso de juicios interminables, de acusaciones injustas, de un dolor que no solo alcanzó a ellos, sino también a sus familias”.
En un comunicado, suscrito por 12 prelados, entre los que figura el también cardenal Pedro Barreto, emérito de Huancayo y presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), lamentaron que se pretenda desconocer convenciones y acuerdos logrados con instancias internacionales sobre este tema.
Denuncian que se trata de complicidad con tendencias que “pretenden romper el orden internacional basado en la democracia y el respeto de los derechos humanos”.
Aseguraron que han recogido “el sentir” de los equipos de Pastoral Social durante la Semana Social 2025 para fundamentar este clamor.
Como Iglesia reiteraron su compromiso de acompañar a las víctimas y a sus familiares “sean quienes sean, producto del conflicto armado interno que vivió nuestro país”.
“Lamentamos profundamente que, en este contexto de guerra, algunos de quienes tenían el deber de cuidar a sus hermanos, dejaron de lado su responsabilidad y respondieron a la barbarie del terrorismo con igual barbarie”, indicaron.
La guerra no justifica muerte alguna, mucho menos de inocentes, al contrario, “representa una grave herida en el frágil tejido social de nuestro querido país y debilita todo esfuerzo de unidad entre peruanos”.
Los obispos, fieles a su misión, reafirmaron su voluntad de seguir colaborando con la reconciliación nacional para que “nadie quede de lado”, basándose en la verdad y en la justicia
Agradecieron a las Fuerzas Armadas y Policía sus esfuerzos de velar por el bien común de todos los peruanos, en especial, de los más desfavorecidos.
Sin embargo, observan con preocupación que esta Ley de amnistía puede fomentar la impunidad en casos específicos con lo cual se violan “flagrantemente los derechos humanos”.
Sostienen que esta ley “niega la dignidad de la persona humana y su vida misma, y le resta gravedad a la muerte y los delitos que con ensañamiento se perpetraron en contra de seres humanos”.