México

El cardenal Arizmendi observa en México “escandalosos abismos… unos que disfrutan de todos los privilegios y otros que apenas sobreviven”

| 03/09/2025 - 20:20

Pide a los feligreses abrir “bien los ojos y el corazón para percibir las deficiencias que persisten” en el país y hacer “lo que está de nuestra parte para remediarlas”





El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, aseguró que “son escandalosos los abismos entre los diferentes Méxicos (sic), unos que disfrutan de todos los privilegios de un súper primer mundo, y otros que apenas sobreviven. Los campesinos e indígenas siguen mayoritariamente marginados, excluidos, explotados, como si fueran estorbos para el progreso, sobrantes, desechables. La creciente globalización los deja sin posibilidad de preservar sus culturas”.



No obstante, pidió a los feligreses: “congratulémonos con todas las obras buenas que hacen nuestros gobiernos en bien del pueblo, pero abramos bien los ojos y el corazón para percibir las deficiencias que persisten y nos duelen; hagamos lo que está de nuestra parte para remediarlas. No seamos sólo criticones”.

Apenas el 1 de septiembre la presidenta Claudia Sheinbaum presentó su primer informe de gobierno, al cumplirse 11 meses de su mandato presidencial; en dicho documento habla de los resultados a la fecha, entre ellos el que “la población en pobreza pasó de representar el 41.9 de la población a 29.5 por ciento, el nivel más bajo desde hace por lo menos 40 años”.

“Si el gobierno se califica a sí mismo, pierde credibilidad”

Es en ese contexto que el cardenal Arizmendi publicó su artículo semanal -difundido a los medios de comunicación- titulado en esta ocasión: ‘¿Vamos bien?’; lo inició diciendo: “Las más altas autoridades de nuestro país pregonan que se ha reducido la pobreza, sobre todo la extrema. Si esto es verdad, nos alegramos mucho y lo aplaudimos, y hay que seguir la misma ruta para avanzar. Sin embargo, todo depende de la metodología para medir la pobreza, porque si el gobierno se califica a sí mismo, pierde credibilidad. Hay que tomar en cuenta otros datos: Son inocultables los persistentes niveles de analfabetismo, insalubridad, desempleo, falta de oportunidades, lo cual genera migración incontenible, frustración social, riesgos de una mayor espiral de violencia”.

Miembros de las fuerzas de seguridad México. Foto: EFE

El cardenal apuntó que “se presume también que han bajado los niveles de delincuencia y los crímenes. Es cierto que se nota un cambio de estrategia, y ojalá se sigan buscando caminos para quitar a los grupos armados tanto poder que tienen, porque persisten asesinatos, feminicidios, asaltos, extorsiones, levantamientos, secuestros, desapariciones, exterminios, robos, pleitos, amenazas, enfrentamientos, inseguridad, invasiones, bloqueos, ansiedad”.

Añadió que “algunas de nuestras comunidades se han vuelto campos de batalla entre cárteles de drogas o entre grupos armados (delincuencia organizada) independientes o extensiones de algún cártel. Los narcotraficantes y grupos armados son dueños de plazas, de rutas y de regiones del país, e incluso de procesos electorales. Esto no lo dicen gobiernos extranjeros o enemigos del régimen, sino quienes convivimos con nuestro pueblo y tenemos otros datos”.

“Crisis cultural que se manifiesta, entre otros hechos, en laicismo feroz”

En el informe la presidenta Sheinbaum hizo mención acerca de la visión de su gobierno sobre “el Humanismo Mexicano” que “también consolida la soberanía, la democracia y las libertades”.

A ese respecto, el cardenal comentó: “se proclama que el grupo en el poder está construyendo un nuevo humanismo; sin embargo, hay una crisis cultural que se manifiesta, entre otros hechos, en laicismo feroz, conciencias fragmentadas y desintegradas, deshumanización de los secuestradores y narcotraficantes, subjetivismo dominante, relativismo invasivo, distanciamiento entre razón y fe, desconfianza en las instituciones, educación sin valores morales trascendentes. Se justifica el aborto como un derecho, se califican como ‘matrimonio’ las uniones entre personas del mismo sexo, se puede cambiar de género sin tener en cuenta el sexo, se menosprecia la autoridad de los padres, se califican las costumbres de la familia y de los pueblos como cosas del pasado, el celular y las redes modifican criterios y actitudes, etc.”.

Arizmendi destacó en su artículo que “no faltará quien diga que, como Iglesia, no debemos meternos en estos asuntos. Pero compartir estos hechos no es política partidista. No somos enemigos sistemáticos de los gobiernos; sólo tratamos de ser fieles a Jesucristo”.

Noticias relacionadas