La Iglesia en el país constituye una mesa de trabajo para aterrizar el documento final de la Asamblea
En el arzobispado de Santiago se ha constituido una Mesa de Trabajo encargada de animar la implementación del documento final de Sínodo de la Sinodalidad. Se trata de un equipo de 14 personas de diversos carismas y trayectorias eclesiales, encabezado por el obispo auxiliar Álvaro Chordi e integrado por laicas, laicos, religiosas, religiosos y presbíteros.
Ellos acompañarán el proceso de recepción del documento “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, invitando a las comunidades a vivir un estilo eclesial de diálogo, discernimiento y corresponsabilidad.
La iniciativa tiene carácter temporal: el equipo permanecerá activo durante tres años, tras los cuales se desarmará, dejando que las experiencias desarrolladas en la diócesis se consoliden.
La constitución de este equipo responde al llamado del Papa Francisco a que el Sínodo no se limite a las sesiones de Roma, sino que se concrete en la vida cotidiana de cada Iglesia local. La mesa actuará como animadora del proceso, sin supervisar ni controlar, incentivando la corresponsabilidad y la participación de todos los miembros del Pueblo de Dios.
Se trata de la primera vez en la historia de la Iglesia universal que se solicita a las iglesias locales conformar una mesa de trabajo específicamente para implementar un documento sinodal.
El Documento Final del Sínodo, publicado en 2024, tras un amplio proceso de escucha iniciado en 2021, ofrece orientaciones para vivir la sinodalidad como un modo permanente de ser Iglesia, en comunión, participación y misión. Recoge orientaciones prácticas para que las comunidades vivan la sinodalidad como un estilo permanente de vida eclesial. Animar su aplicación en la arquidiócesis es el desafío de esta Mesa de Trabajo.
Su itinerario pastoral se proyecta hacia los próximos años, con hitos relevantes como el actual Jubileo y la Asamblea Eclesial en el Vaticano entre 2027 y 2028. La implementación sinodal busca que el modo de relacionarse, discernir y decidir en la Iglesia de Santiago se transforme en un camino continuo de comunión y misión, poniendo en el centro la escucha, la participación y el servicio.
La arquidiócesis de Santiago, encabezada por el cardenal Fernando Chomalí, tiene una población cercana a los 5 millones de habitantes atendidos en 218 parroquias.