África

El cardenal Parolin reclama en Burundi la paz y la reconciliación

| 16/08/2025 - 13:02

El Secretario de Estado viaja al país africano para celebrar 60 años de relaciones diplomáticas con la Santa Sede





El cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin está de visita oficial a Burundi, para celebrar los 60 Años de Relaciones Diplomáticas del país africano con la Santa Sede. Una gira en la que el purpurado inaugurará un monumento y la colocación de la primera piedra del Centro de Salud en honor al Nuncio Apostólico Michael Aidan Courtney, asesinado hace 23 años por su defensa del proceso de paz.



Testigo del evangelio de la paz

Tras visitar la Conferencia Episcopal de Burundi y reunirse con el presidente Évariste Ndayishimiye, ha celebrado el 15 de agosto en el Santuario Mariano de Mugera, antes de visitar Gitega, la capital política y administrativa del país. La celebración contó con la presencia de los obispos del país, el nuncio apostólico, cientos de sacerdotes, religiosos y religiosas, y miles de fieles, así como el presidente. A la Reina de la Paz peregrinan miles di fieles cada año a pedir este don para el país y el mundo, según recogen los medios vaticanos.

En la homilía, Parolin pidió trascender los intereses personales para que, con renovado celo, en todo el mundo sirvamos al bien común. “Para que, en lugares de guerra, donde tantas personas han soportado pruebas y dificultades durante tanto tiempo, podamos aspirar de nuevo a vivir con dignidad y seguridad”, añadió. Algo en lo que destacó el nuncio Courtney que “acompañó al pueblo de Burundi durante años difíciles y siempre trabajó por la reconciliación y la paz, colaborando con todos con paciencia y tenacidad para comunicar la visión de una paz posible y extendiendo la mano a todos, independientemente de su propia vida”.

Hasta el 18, queda pendiente una reunión con seminaristas y superiores mayores de las órdenes religiosas masculinas y femeninas y una recepción con el Cuerpo Diplomático. La misa final, el domingo, será en el Santuario de Nuestra Señora de los Tres Tiempos Admirables de Schoenstatt, construido en el mismo terreno donde san Juan Pablo II celebró la Eucaristía el 7 de septiembre de 1990.

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