El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, ha reclamado que “se levante urgentemente el bloqueo de la ayuda humanitaria” ante la “enorme tragedia” que se vive en Gaza. Así lo ha pedido en un entrevista publicada en el diario ‘La Stampa’ de este 4 de junio –recogida por los medios vaticanos– en el que apunta que “el fracaso de la cumbre de Estambul no puede ni debe marcar el final de los esfuerzos para detener la guerra”.
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Fracaso de Estambul
“La Santa Sede, fiel a su misión de paz, renueva con fuerza su llamamiento a no rendirse a la lógica de la violencia y al falso realismo que querría la guerra como algo inevitable”, añadió. Para el cardenal “ninguna guerra es inevitable, ninguna paz es imposible” y “las armas pueden y deben ser silenciadas para dejar espacio a la esperanza de la paz”, apuntó en sintonía con las palabras de León XIV. “Aunque la cumbre de Estambul parezca un fracaso, espero que pueda considerarse como un primer paso hacia la paz”, destacó Parolin.
Para el Secretario de Estado “no hay auténtica paz si es sólo el resultado de una solución impuesta o del miedo recíproco” ya que “la verdadera paz se construye desde dentro, es el resultado de un diálogo profundo, respetuoso y serio entre las partes implicadas. No se puede hablar de una paz verdadera si un país niega la existencia de otro país. Una paz es ‘justa’ cuando reconoce y tutela la dignidad de todos, sin humillaciones, sin condiciones que dejen heridas abiertas. Y una paz entre los Estados sólo es ‘duradera’ si se asienta sobre bases sólidas de derecho internacional, de respeto de la justicia y de la libertad, y no sobre equilibrios precarios garantizados por las armas”, reivindicó el prelado.
Contra el armamento
Sobre el gasto militar destacó que “el derecho a la autodefensa no es absoluto”, por lo tanto, “es urgente redescubrir un equilibrio pacífico en las relaciones internacionales y proseguir un esfuerzo coordinado en favor de un desarme pacificador”. Para Gaza pide que las “negociaciones deben incluirse en el marco de un proceso político que tenga como objetivo resolver la cuestión israelo-palestina de forma más global y estabilizar todo Oriente Medio”.
También en el caso de China, apela, “la Santa Sede sigue convencida de que el diálogo es la única vía para evitar que las divergencias entre estos dos países y sus respectivos intereses degeneren en contraposición”; por ello pide “evitar el riesgo de que el conflicto entre las dos superpotencias se vea como la única salida posible”.