El custodio pontificio de la reliquia, Roberto Repole, recuerda que numerosos estudios físicos y químicos ya han descartado esta última propuesta
Hace unos días veía la luz un nuevo estudio sobre la Sábana Santa de Turín. Una investigación que se aliaba a los datos obtenido en 1989 cuando se le aplicó a una esquina del sudario la datación por radiocarbono. Este experimentó concluyó que la tela era un ornamento medieval, de entre 1260 y 1390. Ahora, un nuevo experimento a través del modelado tridimensional, concluye que la Sábana Santa se creó a través de una estatua en bajorrelieve y no con un cuerpo humano.
Entre las personas que han rebatido la datación de 1989, están los científicos que han estudiado los restos de polen o de sangre del sudario o, el 2005, cuando Raymond Rogers concluyó que la prueba del carbono 14 se había hecho en retales añadidos y no sobre el original. En 2022 se extrajo un hilo del sudario con un nuevo método experimentas de radiación que devolvió la tela al siglo I.
El responsable de este nuevo estudio, Cicero Moraes, ha explicado que, tras hacer pruebas a partir de una lámina bidimensional y de una estatua, “el patrón de contacto generado por el modelo en bajorrelieve es más compatible con la imagen del sudario, mostrando una menor distorsión anatómica y una mayor fidelidad a los contornos observados”. Una técnica, afirma mientras promociona su software gratuito y accesible, que era común en la época medieval.
Tras esta publicación, la reacción desde la Iglesia de Turín no ha sido de los más pacífica. La conclusión del estudio ya ha sido refutada por el Centro Internacional de Estudios sobre la Sábana Santa, para quienes numerosos estudios físicos y químicos ya han descartado el origen pictórico de la reliquia o el contacto con un bajorrelieve. El arzobispo de Turín, custodio pontificio de la Sábana Santa, el cardenal Roberto Repole, esta hipótesis “formulada libremente por científicos más o menos acreditados” le genera “preocupación por la superficialidad de ciertas conclusiones, que a menudo no resisten a un examen más detenido del trabajo presentado”.
El arzobispo invita a “no perder nunca de vista la necesaria atención crítica ante lo que se publica con tanta facilidad” y remite a que el “Centro Internacional de Estudios sobre la Sábana Santa de Turín (CISS), que por estatuto garantiza su apoyo científico al custodio, publica un documento que analiza en detalle el método y los resultados de este descubrimiento”.
Para el CISS el estudio “Formación de la imagen en la Sábana Santa: un enfoque digital 3D”, de Cicero Moraes, publicado en la revista ‘Archaeometry’. “el autor creó modelos 3D de un cuerpo humano y un bajorrelieve, utilizando software de código abierto y simulaciones físicas para analizar los puntos de contacto de una tela con las superficies”. Por ello, explican los expertos en sindonología, el resultado “indica que los puntos de contacto entre la tela y el bajorrelieve corresponden a una imagen menos deformada que los puntos de contacto con un cuerpo tridimensional, ya que este último genera el llamado efecto de deformación de la Máscara de Agamenón, bien conocido en la literatura” –incluso, añade, ya hay un estudio aplicado a la reliquia de 1902–.
Desde hace un siglo, por tanto, “el origen pictórico o chamuscado de la Sábana Santa por el contacto con un bajorrelieve es ampliamente refutada por numerosos estudios físico-químicos”. Para estos expertos, según recogen los medios vaticanos, “los modelos digitales pueden contribuir a la reflexión, pero no reemplazan el análisis físico-químico de la reliquia”.