León XIV en el ángelus: “La Iglesia no necesita cristianos de ocasión, sino obreros enamorados del Reino”

Después de la oración, el Papa se ha despedido señalando que, durante las próximas semanas, estará en Castel Gandolfo “disfrutando de unos días de descanso”

León XIV ángelus

A mediodía de este 6 de julio, el papa León XIV se ha asomado, una vez más, a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano para rezar el ángelus junto a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Desde allí, el Pontífice ha ofrecido una refleción sobre el Evangelio del día (Lucas 10,1-12.17-20), centrado en la misión de los discípulos.



“Jesús envía a setenta y dos discípulos”, recordó el Papa, subrayando que ese número tiene un valor simbólico: “indica que la esperanza del Evangelio está destinada a todos los pueblos”. Es una muestra, añadió, de “la amplitud del corazón de Dios”, que quiere que todos sus hijos sean alcanzados por su amor y salvados. “La mies es mucha”, dijo, “porque el Reino de Dios germina como una semilla en la tierra y los hombres y mujeres de hoy… esperan una verdad más grande, buscan un sentido más pleno para su vida, desean justicia y llevan en su interior un anhelo de vida eterna”.

“Incluso cuando parecen abrumados por tantas otras cosas”, las personas conservan “el deseo de infinito, de una vida plena, de una salvación que los libere”, ha explicado el Papa. Pero junto a este anhelo, está el desafío: “Son pocos los obreros que van a trabajar al campo sembrado por el Señor”, lamentó. “Hay algo grande que el Señor quiere hacer en nuestra vida y en la historia de la humanidad, pero son pocos los que se dan cuenta, los que se detienen para acoger el don, los que lo anuncian y lo llevan a los demás”, apostilló el pontífice.

“La Iglesia y el mundo no necesitan personas que cumplen con sus deberes religiosos mostrando su fe como una etiqueta exterior”, ha aseverado León XIV. “Necesitan, en cambio, obreros deseosos de trabajar en el campo de la misión, discípulos enamorados que den testimonio del Reino de Dios dondequiera que se encuentren”.

León XIV, durante el rezo del ángelus

León XIV, durante el rezo del ángelus

Trabajar cada día

Por ello, frente a lo que ha calificado como “cristiandad de ocasión”, el Papa exhortó a cultivar una fe auténtica, cotidiana y comprometida. “Quizás no falten los cristianos de ocasión”, afirmó, “que de vez en cuando dan cabida a algún buen sentimiento religioso o participan en algún evento; pero son pocos los que están dispuestos a trabajar cada día en el campo de Dios, cultivando en su corazón la semilla del Evangelio para luego llevarla a la vida cotidiana”.

León XIV subrayó también el origen de toda misión: la oración. “Para hacer esto no se necesitan demasiadas ideas teóricas sobre conceptos pastorales”, advirtió. “Se necesita, sobre todo, rezar al dueño de la mies. En primer lugar, pues, está la relación con el Señor, cultivar el diálogo con Él”. Y concluyó: “Entonces Él nos convertirá en sus obreros y nos enviará al campo del mundo como testigos de su Reino”.

Después del ángelus, León XIV se ha despedido señalando que, durante las próximas semanas, estará en Castel Gandolfo “disfrutando de unos días de descanso”, y ha deseado a todos “un buen descanso” en este periodo estival.

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