Recientemente se dio a conocer el hallazgo de 383 cuerpos apilados y sin incinerar en un crematorio ubicado en Ciudad Juárez, México, por lo que el obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos, expresó su dolor, consternación e indignación; también llamó a que esta situación no quede en la impunidad, y recordó: la “dignidad no termina con la muerte”.
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El caso ya se encuentra en investigación y se sabe que hay dos personas detenidas por el momento; al parecer al menos seis funerarias habrían contratado los servicios del crematorio ‘Plenitud’, que al momento del hallazgo estaba con permiso vigente pero en abandono.
Es en ese contexto que el obispo Torres se pronunció a nombre de la Diócesis de Ciudad Juárez: “ante el reciente y estremecedor hallazgo de cuerpos que no fueron incinerados, en condiciones que aún se investigan, este hecho nos sacude en lo más hondo como sociedad y como creyentes en la dignidad sagrada de toda vida humana”.
Justicia para las víctimas y sus seres queridos
Para el obispo Torres, “no podemos acostumbrarnos al horror y dirigir la mirada hacia otro lado cuando la vida es tratada con desprecio. Estos actos claman al cielo por justicia, verdad y respeto a la memoria de quienes han partido de esta vida”.
El obispo se dirigió a los afectados por esta situación: “a las familias que hoy viven momentos de profunda incertidumbre, angustia y dolor, les hago llegar mi cercanía y oración. La Iglesia está con ustedes, no están solos. Compartimos su sufrimiento y elevemos nuestra voz para que se esclarezca esta situación a la brevedad posible”.
“Hago un llamado urgente a las autoridades competentes para que este hecho no quede en la impunidad. Que se lleven a cabo todas las investigaciones necesarias con transparencia, diligencia y respeto a la verdad, y que se haga justicia para cada una de las víctimas y sus seres queridos”.
No obstante, el obispo expresó que “como pueblo estamos llamados a no perder la esperanza, a sostenernos unos a otros y seguir trabajando por una sociedad en la que se respete la vida, se valore la verdad y prevalezca la paz”; también imploró a Dios “su consuelo para los afligidos, su luz para quienes buscan respuestas y su fuerza para todos los que luchan por la justicia“.