A las puertas del Jubileo de los sacerdotes en Roma, el prefecto del Dicasterio para el Clero, el cardenal surcoreano Lazzaro You Heung-sik, ha ofrecido una entrevista a Vatican News en la que señala los desafíos del ministerio sacerdotal en la actualidad. En vísperas del encuentro internacional ‘Sacerdotes felices – Os he llamado amigos’ (Jn 15,15), que se celebrará mañana, 26 de junio, en el Auditorium Conciliazione con la presencia del papa León XIV, el purpurado reivindica una clave esencial: “Un sacerdote feliz es el mejor anuncio del Evangelio”.
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“No se trata solo de un momento formativo, sino de una verdadera experiencia eclesial, sinodal y fraterna”, explica el cardenal You. “Queremos recordar que los sacerdotes felices son el mejor anuncio del Evangelio, porque con su vida muestran la belleza de seguir a Cristo”.
Para el prefecto, la clave está en la amistad con Jesús, “ese vínculo personal que da sentido profundo a la vocación y permite vivir el ministerio con gratitud y entusiasmo”. Y añade: “Sacerdotes felices no es un eslogan, sino una invitación a vivir el ministerio con plenitud y pasión evangélica”.
En este espíritu, el encuentro reunirá a más de 1.700 sacerdotes de los cinco continentes: “Habrá una fuerte presencia de América Latina, África y Asia, pero también de Europa y Norteamérica. La Iglesia es realmente católica, y los sacerdotes, a pesar de las diferencias culturales, comparten las mismas alegrías, retos y esperanza”.
Cardenal Lazzaro You Heung-sik
León XIV: cercanía y testimonio
El momento más esperado será la intervención del Papa. “Será un momento de gracia”, anticipa el cardenal You. “El Papa animará a los sacerdotes, los sostendrá y compartirá con ellos su esperanza en una Iglesia más evangélica. Está muy contento con el enfoque del encuentro, que pone el acento en el compartir fraterno”.
“El Papa conoce bien los desafíos que hoy afrontan los sacerdotes, y ha mostrado su deseo profundo de caminar con ellos”, añade You. En cuanto a la crisis de vocaciones, You lo tiene claro: “El verdadero problema no es la falta de ‘llamadas’, sino la calidad de nuestro propio testimonio. Cuando los jóvenes encuentran sacerdotes creíbles, felices, coherentes, sus corazones se abren”.
