Después de un doloroso hecho en el que se vieron involucradas autoridades de la Municipalidad de Juan B. Alberdi (provincia de Tucumán) con el narcotráfico, hechos que conmocionaron a toda la provincia, la pastoral social de la diócesis de la Santísima Concepción envió un mensaje, y exigió reflexión y acción.
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Silencioso avance
En el comunicado, bajo el título: “Frente al avance del narcotráfico, que no nos gane la indiferencia”, reconocieron que este hecho no fue aislado, sino un síntoma del avance del narcotráfico que se infiltra en las instituciones corrompe la sociedad y destruye vidas, en especial la de los jóvenes. “Es una red compleja que genera violencia, marginalidad, desintegración familiar y socava la confianza en las autoridades. Atenta contra la dignidad humana y el bien común, y su poder económico le permite alcanzar incluso esferas de gobierno”.
Por tal motivo, sostuvieron que la prevención es fundamental porque no hay que esperar que la droga llegue a los hogares. Se deben fortalecer, tanto las políticas públicas de prevención como la atención integral de adicciones, abordando las causas de la vulnerabilidad social, la falta de oportunidades y la desesperanza.
El equipo diocesano de pastoral social consideró que el amor a la vida implica el aprecio por valores como el cuidado de la salud, la recreación sana, la integración familiar, la convivencia social, la participación ciudadana y la educación integral. Por eso, animaron a grupos y comunidades que promueven el amor a la vida, la protección de derechos y la ayuda a víctimas de la drogadicción.
Respuesta unificada
Frente a este panorama, afirmaron que ningún actor social puede enfrentar este flagelo solo. La complejidad del narcotráfico exige una respuesta unificada, por lo que es imperante fortalecer y crear alianzas institucionales.
Enumeraron la necesidad de que la responsabilidad indelegable de los tres poderes del Estado, en todos sus niveles, para garantizar seguridad, justicia y bienestar. “Se requiere acción firme y transparente de fuerzas de seguridad, justicia y ejecutivos para desmantelar redes y perseguir a quienes se benefician, garantizando independencia y ética”, exhortaron.
Asimismo, mencionaron a las organizaciones de la sociedad civil (Instituciones religiosas, educativas, deportivas, clubes y vecinales) que tienen un rol fundamental en la contención, prevención y promoción de valores. Su cercanía con la comunidad las hace clave en la detección temprana y acciones preventivas. También las familias, como primeras educadoras, son esenciales para ayudar a fortalecer lazos, promover el diálogo y el acompañamiento amoroso.
Compromiso de la Iglesia
Referenciaron al papa Francisco quien, en el 2018, afirmó que «las drogas y las adicciones son un obstáculo para el desarrollo humano integral»
La Iglesia local reafirmó el compromiso de trabajar incansablemente en prevención, asistencia y concientización. Además, puso a disposición capacidades y recursos para denunciar injusticia y corrupción, acompañar víctimas y promover esperanza. Destacaron, especialmente, la tarea cotidiana de los Hogares de Cristo, la Granja Santa Mónica, Comedores, Grupos Esperanza Viva y otros espacios de escucha y acompañamiento, que son signos de esperanza.
Finalmente, la pastoral social de Concepción exhortó a todos los actores a una jornada de profunda reflexión el 26 de junio, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, para, en comunidad, asumir un compromiso sinérgico para superar la problemática de las adicciones.
Pidieron a la Patrona de la diócesis, la Virgen Inmaculada, que los ilumine y guíe en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y libre de este flagelo.