Pedro Aguado ya es obispo de Huesca y Jaca: “Creo en una Iglesia para todos, acogedora y abierta que no excluye a nadie”

El prefecto emérito de Vida Consagrada, João Braz de Aviz, presidió esta mañana la consagración episcopal del hasta ahora superior general de los escolapios

El escolapio Pedro Aguado, obispo de Huesca y Jaca

El escolapio Pedro Aguado es desde este mediodía obispo de Huesca y Jaca. La catedral de Huesca acogió esta mañana la consagración episcopal del último prelado español nombrado oficialmente por Francisco, en una eucaristía presidida por el prefecto emérito para los Institutos de Vida Consagrada, el cardenal brasileño João Braz de Aviz. Arropado por una veintena de obispos, entre ellos, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el hasta ahora superior general de la Orden de las Escuelas Pías, también estuvo acompañado por el clero, la vida religiosa y una nutrida representación del laicado diocesano que llenaba el templo.



“Dios te bendiga y te haga un pastor fiel y feliz”, deseó el purpurado brasileño al nuevo obispo en una homilía. “Somos llamados, como Jesús, a ir al encuentro de todos, pero especialmente a los que el Señor amó con predilección: los abandonados y los últimos”, entonó el prefecto emérito.

Abandonados y empobrecidos

A la par, recordó cómo el papa Francisco instó a la Iglesia a “tocar la carne de Cristo” en “los abandonados y empobrecidos”. En una invitación a Pedro Aguado para que trabaje en favor de la comunión tanto en Huesca como en Jaca, reconoció que “no es fácil construir relaciones fraternas y estables”, admitió el cardenal.

Consagración episcopal de Pedro Aguado

Consagración episcopal de Pedro Aguado

En el marco del rito de la consagración, un espontaneo aplausos resonó en la catedral cuando el escolapio tomó posesión de la sede después de que recibiera de manos de Braz de Aviz el anillo, la mitra y un sencillo báculo de madera.

Sin programa establecido

No estoy preparado para estoy ni tengo programa establecido.  Y pensaréis: Ni tiene programa ni está preparado… ¡Estamos apañados! Me alegro de decirlo públicamente porque así aprenderé con vosotros. Sería un gran error venir con un programa previo alejado de la vida de la comunidad”. Con estas palabras, se expresó Pedro Aguado durante la acción de gracias.

En su primera alocución como obispo oscense, defendió que “creo en una Iglesia para todos, acogedora y abierta que en ninguna lugar aparece la exclusión de nadie”. “Creo profundamente en el valor del mensaje del Evangelio y que Cristo Jesús es la respuesta a las preguntas fundamentales del ser humanos”, señaló en otro momento. De la misma manera, abogó por una Iglesia “sencilla, apostólica, misionera, sinodal, que no piensa en sí misma sino en aquellos a quienes es enviada”. Desde ahí, detalló que “la misión de la Iglesia es transmitir a través de un mensaje creíble, auténtico y humilde”.

Lema de confianza

Ante los presentes explicó la razón de ser de su lema: “Sé de quien me he fiado”. “Esta frase me ha acompañado a lo largo de mi vida, en todas mis decisiones y en todos los servicios que se me han pedido”, detalló.

“Soy escolapio y lo seguiré siendo”, comentó en otro momento, lamentando no haber podido dar gracias en persona al papa Francisco por su designación y agradeciendo a León XIV su paso al frente como Sucesor de Pedro. “Con san José de Calasanz aprendía a creer en los niños y en los jóvenes, a creer en los pobres, a creer en la comunidad, en el seguimiento de Jesús”, remarcó.

Punto de partida

En un saludo inicial de la eucaristía, el hasta ahora administración apostólico de Huesca, Vicente Jiménez, dio la bienvenida a Aguado. El también arzobispo emérito de Zaragoza subrayó que la diócesis “no quiere quedarse en el regodeo espiritual de tiempos pasados”, sino ser “punto de partida de una Iglesia viva y evangelizadora, que quiere cambiar en sintonía con la Iglesia universal”. De la misma manera, Jiménez animó al nuevo obispo a que “tengas sueños y los realices” en las tierras de Aragón desde “la savia vivificadora del Evangelio”. “No cedas a las tentaciones de la cantidad o de la eficiencia”, dejó caer el arzobispo, que justo después defendió que “el impulso evangelizador no puede ser bloqueado por pensar que somos pocos y mayores”.

El encargado de negocios de la nunciatura, el polaco Roman Walczak, fue el responsable de leer las letras apostólicas, en las que el Papa destaca “la disponibilidad con la acogió el encargo” el nuevo obispo, así como “la amplia experiencia pastoral” de Aguado.

Consagración episcopal de Pedro Aguado

Consagración episcopal de Pedro Aguado

Antes de comenzar la misa, el purpurado, acompañado de Aguado, Vicente Jiménez, y del arzobispo actual de la capital aragonesa, Carlos Escribano, veneraron las reliquias de san José de Calasanz, portadas por el postulador de la orden, el padre Ángel Ayala. No en vano, el fundador de los escolapios recibió en la catedral las ordenes menores en este templo.

 

Noticias relacionadas