Obras Misionales Pontificias presentó esta mañana en Madrid la Memoria de Actividades 2024, un informe que recoge la labor evangelizadora de esta institución eclesial, desde las campañas de donaciones a los proyectos realizados en los territorios ‘ad gentes’, pasando por la formación y la animación misionera.
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Así lo manifestó José María Calderón, director nacional de OMP, que expuso cómo solo el año pasado el total de la cooperación económica de España a la misión en 2024 ha sido de 18,5 millones de euros, frente a los 18,26 millones. En total, se apoyaron un total de 1.008 proyectos, con una inversión de 14,4 millones. Además de anunciar que España es el país más generoso del planeta solo por detrás de Estados Unidos, Calderón destacó en su intervención que “hemos descendido en gastos con respecto al año anterior, además de aumentar un poco la recaudación general, lo que nos permite ofrecer más fondos a Roma para la misión”.
75 años de edad media
En paralelo, también puso en valor la labor de los 9.648 misioneros registrados en sus bases de datos, de los que algo más de la mitad están en activo, mientras otros se encuentran en nuestro país a la espera de destino, jubilados… Además, destacó que un total de 377 instituciones eclesiales en nuestro país hoy por hoy envían mujeres y hombres a la misión.
El estudio elaborado por OMP desvela que la edad media de los misioneros es de 75 años: el 53% son mujeres y el 47% son hombres. Los países con mayor presencia ‘ad gentes’ española son Perú (524 misioneros) y Venezuela (397).
Falta de relevo
“Las causas de que haya misioneros son muchas y es reflejo de nuestra sociedad: una menor natalidad, la formación cristiana no es como era, el secularismo es muy grande, la inmediatez en la que vivimos…”, reflexionó Calderón la falta de relevo ‘ad gentes’. “Aun así, aunque los números disminuyen en términos generales, en torno a diez mil jóvenes españoles se van cada verano a vivir una experiencia misionera”, señaló a continuación. A renglón seguido, también apuntó que “la apuesta por el voluntariado y la cooperación también quizá nos ha llevado a conformarnos por las seguridades que conlleva”. “Espero que la presencia de León XIV nos ayude a espabilar en nuestra pasión misionera”, dejó caer.
Testigo de la gestión de Obras Misionales Pontificias es Heliodoro Picazo, misionero de la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCHSA), que compartió ayer en la rueda de prensa su experiencia de cerca de cuatro décadas en Guatemala. “El aporte más importante que hemos recibido no es el dinero, sino en la oración”, remarcó, con la conciencia de que “ser misionero no es solo estar allá lejos”.
Vivir en la inseguridad
“A pesar de la pobreza y de vivir en la inseguridad de no saber qué tienen para comer, les sobra una alegría que nace de una fe auténtica”, comentó este albaceteño sobre las comunidades a la que acompaña. En esta misma línea, el sacerdote admitió que “nosotros sabemos los dogmas y tenemos la teoría en la cabeza, pero ellos llevan el Evangelio en el corazón”. “Lo primero que tenemos que hacer es aprender de ellos”, señaló sobre cómo ah de ser la evangelización en la Iglesia.
“El destino para todos es el mismo la santidad: creciendo uno mismo para servir y, eso, disfrutándolo”, apuntó sobre su vocación como misionero.