Para el abad de Montserrat, Manel Gasch, la ordenación de mujeres es algo “complicado”, ya que “supondría una amenaza para la unidad de la Iglesia”. Así lo aseguraba ayer, jueves, al participar en el último encuentro de Foros de Vanguardia.
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“Nunca nadie se ha atrevido a romper esta tradición. Hay un valor que es la unidad, y una decisión así sí que rompería la Iglesia y causaría un cisma, una ruptura absoluta con la Iglesia Oriental”, expuso Gasch. “Hay cosas que se pueden ver muy claras desde la Barcelona de 2025, pero la Iglesia es universal y debe caminar al ritmo de todas las culturas”, aseveró.
A pesar de esto, Gasch quiso destacar los pasos decididos dados por el papa Francisco a favor de la mujer. De esta manera, destacó la autonomía plena concedida al mundo monástico femenino (sin la supervisión de un obispo) y el hecho de que se haya nombrado por primera vez a una mujer como prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Empatizar con las víctimas
Durante su intervención, el abad habló sobre otras cuestiones, como la inteligencia artificial, la secularización, e, incluso, los casos de abusos en el monasterio. “En este mundo de la inteligencia artificial y tan tecnológico, de cierta deshumanización, la Iglesia debe presentar la propuesta cristiana como un nicho de sentido, como un lugar en el que la sociedad se reencuentre con ella misma”, explicó.
Sobre los casos de pederastia que han salpicado el monasterio, el benedictino señaló que se ha vivido “con mucho dolor” e “intentando empatizar con las víctimas”, pero destacó que “se reaccionó pronto”. “Siempre se ha dejado la puerta abierta a escuchar a las víctimas que han querido ir a explicar lo que había ocurrido”, añadió.