El cardenal Parolin, tajante al condenar a Israel: “Lo que está ocurriendo en Gaza es inaceptable”

  • El secretario de Estado vaticano clama que “el derecho internacional humanitario debe regir siempre, y para todos”
  • Del mismo modo, “reiteramos enérgicamente la llamada a Hamás para que libere de inmediato a todos los rehenes”

Hambruna en Gaza

Después de más de año y medio de ofensiva israelí en Gaza, la comunidad internacional ya levanta la voz y cada vez más mandatarios hablan de “genocidio”. Tanto por las víctimas, en torno a los 54.000 muertos y 123.000 heridos, como por la situación de hambruna de la población en la franja palestina, bloqueada por el Gobierno de Benjamin Netanyahu.



La situación es de tal gravedad que esta semana ha tenido lugar una cumbre en Madrid, organizada por el Gobierno de España, en la que representantes de 20 países europeos y árabes pidieron “gestos” concretos, como el “embargo de armas” a Israel y la interrupción del “comercio” con Tel Aviv a varios niveles, así como la puesta en marcha de “sanciones”.

Un llanto que se eleva al cielo

Frente a ello, León XIV, en la audiencia general de este miércoles 28 de mayo, ha levantado la voz con fuerza: “Desde la Franja de Gaza, el llanto de madres y padres se eleva cada vez con más intensidad al cielo, sosteniendo los cuerpos sin vida de los niños, quienes se ven obligados continuamente a desplazarse en busca de un poco de alimento y un refugio más seguro ante los bombardeos”.

Una situación catastrófica y frente a la que, dirigiéndose a todos “los responsables”, el Papa ha clamado: “¡Alto el fuego, liberación de todos los rehenes, pleno respeto del derecho humanitario!”.

En la misma línea ha ido el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, que, en una entrevista con Andrea Tornielli publicada hoy en ‘Vatican News’, ha reiterado que “lo que está ocurriendo en Gaza es inaceptable. El derecho internacional humanitario debe regir siempre, y para todos. Pedimos que se detengan los bombardeos y que llegue la ayuda necesaria para la población”.

Bárbaro ataque

Además, ha insistido en que “la comunidad internacional debe hacer todo lo posible para poner fin a esta tragedia. Al mismo tiempo, reiteramos enérgicamente la llamada a Hamás para que libere de inmediato a todos los rehenes que aún mantiene cautivos y devuelva los cuerpos de quienes murieron tras el bárbaro ataque contra Israel del 7 de octubre de 2023”.

Y es que “debemos estar vigilantes y asegurarnos de que el cáncer del antisemitismo, nunca definitivamente derrotado, no vuelva a levantar la cabeza”.

También ha resonado con fuerza la denuncia del franciscano egipcio Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa. En un artículo publicado en el portal vaticano, relató el desgarro que, unos días antes, se vivió en el Complejo Médico Nasser. De pronto, Alaa, una de las médicas que “han ayudado y salvado a muchos niños durante estos largos meses de guerra, a pesar de la falta de equipos y medicinas”, se encontró con que su casa había sido atacada con dos misiles mientras sus diez hijos y su marido (también médico en el hospital) estaban dentro.

Un superviviente de diez hijos

Como añadió el religioso, “el nombre del único superviviente de los hermanitos que murieron en Gaza es Adam”. Solo llegaron al hospital con vida, aunque “en estado grave”, el niño y su padre, Hamdi. Alaa “estaba de guardia cuando llegaron las ambulancias para trasladar a su familia, destrozada en sus cuerpos y en sus espíritus. Dos padres amorosos de diez hijos, médicos generosos y competentes de niños enfermos y heridos, a quienes la violencia de la guerra ha privado de su bien más preciado”.

Violencia en Gaza

Violencia en Gaza

De ahí su reflexión en voz alta: “La madre de Adam le dio la vida a él y a otras nueve criaturas. ¿Los parió ya como enemigos de alguien o de algo? Esa madre, cuando se pone la bata de laboratorio, ¿salva y cura a otros niños, ayuda a vivir a posibles enemigos de alguien? ¿Por qué? En Gaza, la vida tiene el mismo valor que la vida de todos los seres humanos. La vida de los niños nacidos en Gaza no está contaminada por el odio, como no lo está la vida de cada criatura nacida en el resto del mundo”.

Por ello, “quienes creen que está bien matar a niños y bebés en Gaza porque los consideran enemigos, no conocen el bien. Los niños, todos los niños, cuando se les quiere, cuando se les protege del odio, cuando se defienden sus derechos, se convierten en hombres y mujeres de paz”.

“Niños sin culpa”

Con un profundo pesar, lamentó cómo esta es una historia de muchas. Como la que acaba de conocer “esta mañana”, cuando “un ataque aéreo ha alcanzado una escuela y un vídeo muestra a una niña intentando escapar entre las llamas que están a punto de envolverla”. “Niños sin culpa” y “a los que alguien considera enemigos a los que hay que eliminar”. Eso es lo que hoy ocurre en Gaza, donde “la edad más bella y verdadera de la vida está mancillada por la inmoralidad de la violencia y lo absurdo del odio”.

También en declaraciones ‘Vatican News’, Gabriel Romanelli, sacerdote argentino que pastorea la Parroquia de la Sagrada Familia y que recibía a diario la llamada del papa Francisco para saber cómo estaba su gente, se mostró devastado. Y es que observa cómo “la esperanza se desvanece”. De este modo, “más que la falta de alimentos, de agua potable, de medicinas, más que el peligro para nuestra seguridad, me preocupa que no se pierda la esperanza. La esperanza de que esta maldita guerra termine”.

En clave eclesial, otra importante reacción ha sido la del cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia. Como presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en el inicio de la sesión extraordinaria del Consejo Permanente, que se celebró este martes 27 de mayo en Roma, el purpurado apeló a “la urgencia de la paz para el mundo entero”. En un contexto de convulsión global, los cristianos “queremos contribuir a la creación de un mundo unido y en paz, donde ya no se oiga el ruido de las armas y donde todos puedan considerarse hermanos”.

En ese sentido, “la lucha contra la pobreza, la educación que la propia presencia de la Iglesia anima con sus diversas realidades, el compromiso con el desarrollo y la ayuda al mundo, forman parte de nuestro esfuerzo”.

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