León XIV: “La familia es un lugar privilegiado para encontrar a Jesús”

El Papa ha presidido hoy la misa por el Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos

León XIV

El papa León XIV ha presidido este VII domingo pascual la misa del Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos en la plaza de San Pedro. Una ocasión en la que el pontífice no ha dudado en recordar que “el Padre no nos ama menos que a su Hijo unigénito, o sea de manera infinita”. “Dios no ama menos, porque ama antes de nada, ¡ama antes que nadie!”, ha dicho León XIV.



“En su misericordia”, ha continuado ante una atestada plaza de San Pedro, “Dios desde siempre quiere acoger a todos los hombres en su abrazo; y es su vida, la que se nos entrega por medio de Cristo, la que nos hace uno, la que nos une entre nosotros”.

“Queridos amigos, hemos recibido la vida antes incluso de haberla deseado”, ha subrayado, recordando las palabras del papa Francisco durante el ángelus del 1 de enero de este año: “Todos los hombres somos hijos, pero ninguno de nosotros eligió nacer”. “Y no sólo eso”, ha añadido. “Apenas nacemos, necesitamos de los demás para vivir; solos no lo hubiéramos logrado. Se lo debemos a alguien más, que nos salvó, se hizo cargo de nosotros, de nuestro cuerpo y también de nuestro espíritu”. Por ello, “todos nosotros vivimos gracias a una relación, es decir, a un vínculo libre y liberador de humanidad y cuidado mutuo”.

Sin embargo, el Papa ha lamentado que “a veces, esta humanidad se ve traicionada”. Por ejemplo, “cuando se invoca la libertad no para dar vida, sino para quitarla; no para proteger, sino para herir”. Sin embargo, “incluso frente al mal que divide y mata, Jesús sigue orando al Padre por nosotros, y su oración actúa como un bálsamo sobre nuestras heridas, convirtiéndose en anuncio de perdón y reconciliación para todos”, ha subrayado el Papa, indicando que “esa oración del Señor da sentido pleno a los momentos luminosos de nuestro amor mutuo como padres, abuelos, hijos e hijas”.

La plaza de San Pedro durante el Jubileo de las Familias

La plaza de San Pedro durante el Jubileo de las Familias

Transmitir la fe

“Esto es lo que queremos anunciar al mundo: estamos aquí para ser “uno” tal y como el Señor quiere que seamos “uno”, en nuestras familias y en los lugares donde vivimos, trabajamos y estudiamos: distintos, pero uno; muchos, pero uno, siempre uno, en cualquier circunstancia y edad de la vida”, ha añadido.

En este sentido, León XIV ha destacado matrimonios como el de Luis y Celia Martin, los padres de santa Teresa del Niño Jesús; los beatos Luis y María Beltrame Quattrocchi; o la familia polaca Ulma, padres e hijos unidos en el amor y en el martirio. “Al proponernos como testigos ejemplares a matrimonios santos, la Iglesia nos dice que el mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor de Dios, y para superar, con su fuerza que une y reconcilia, las fuerzas que destruyen las relaciones y las sociedades”, ha aseverado.

“Por eso, con el corazón lleno de gratitud y esperanza, a ustedes esposos les digo: el matrimonio no es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo”, ha aseverado. “Este amor, al hacerlos ‘una sola carne’, los capacita para dar vida, a imagen de Dios. Por tanto, los animo a que sean para sus hijos ejemplos de coherencia, comportándose como desean que ellos se comporten, educándolos en la libertad mediante la obediencia, buscando siempre su propio bien y los medios para acrecentarlo”.

“En la familia, la fe se transmite junto con la vida, de generación en generación: se comparte como el pan de la mesa y los afectos del corazón”, ha concluido el pontífice, subrayando que “esto la convierte en un lugar privilegiado para encontrar a Jesús, que nos ama y siempre quiere nuestro bien”.

Oración por las familias que sufren

Al finalizar la eucaristía, León XIV ha rezado la oración del Regina Caeli y ha saludado a los presentes, subrayando su alegría por la presencia de los muchos niños que han asistido a la celebración: “Estoy contento de acoger a tantos niños, que reavivan nuestra esperanza. Saludo a todas las familias, pequeñas iglesias domésticas, en las que el Evangelio es acogido y transmitido”.

Así, el Papa ha deseado que “la fe, la esperanza y la caridad crezcan siempre en nuestras familias”, y ha saludado de forma especial “a los abuelos y ancianos, que son modelo genuino de fe e inspiración para las generaciones jóvenes”.

Antes de finalizar, el Papa ha pedido a la Virgen María que “bendiga a las familias y las sostenga en sus dificultades”. “Pienso especialmente en aquellas que sufren a causa de la guerra en Oriente Medio, en Ucrania y en otras partes del mundo”, ha aseverado. “Que la Madre de Dios nos ayude a caminar juntos por el sendero de la paz”.

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