Fue uno de los 133 purpurados que entró en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor de Pedro. Y hay quien considera que su influencia fue determinante para que la balanza se inclinara desde el minuto cero del cónclave a favor de Robert Prevost. No en vano, el cardenal de Barcelona y él han trabajado mano a mano en estos dos últimos años en el Dicasterio para los Obispos; no solo cribando ternas episcopales, sino solventando juntos alguna que otra insuficiencia mitral. Por todo esto y mucho más, Juan José Omella no podía no estar en la misa de inicio de pontificado de León XIV. A la salida de la eucaristía, conversa con ‘Vida Nueva’.
PREGUNTA.- Diez días después de abandonar la Capilla Sixtina, ¿está satisfecho con el resultado?
RESPUESTA- Íbamos a buscar a la persona con el mejor perfil ante los retos del mundo y de la Iglesia de hoy, y la encontramos de la mano del Espíritu Santo. Pero, viendo luego la alegría y el griterío de la gente, reconfirmamos que nos dejamos llevar por el Espíritu que nos ha iluminado. Me impresionó profundamente la fe de ese Santo Pueblo Fiel de Dios del que habla el Vaticano II y que el papa Francisco repetía a menudo.
Antes de saber el nombre y después de la fumata blanca, todos gritaban ‘Viva el Papa’ sin saber quién sería, signo de que lo aceptarían fuera quien fuera. Eso es reconocer que, en el fondo, es el vicario de Cristo. Me emocioné y lloré por dentro.
P.- ¿Esperaba el tsunami mediático de este último mes?
R.- Me sorprendió gratamente ver tanto interés y repercusión en los medios de comunicación y en la gente normal y corriente, que seguía muy de cerca, tanto la muerte de Francisco como el cónclave. Recuerdo cómo alguien me dijo: “¡A ver si se ponen de acuerdo pronto!”. Y a la vista está, por lo rápido que fue el cónclave, que todo fue mucho más natural, que los cardenales nos conocemos más de lo que parece y que las diferencias de las que se hablaba son solo matices. Nos movemos por el bien de la Iglesia y de la humanidad. Fue providencial el Sínodo de la Sinodalidad, con un planteamiento de dos años en los que pudimos conocer y compartir preocupaciones.
P.- Felipe VI ha invitado al Papa a viajar a España. ¿El cardenal de Barcelona ya le ha pedido que visite la Sagrada Familia?
R.- Aún no he tenido oportunidad de formalizar la invitación, pero cualquier día me lanzo…
