Los obispos de México lamentan “la masacre” de siete jóvenes en San Bartolo de Berrios, Guanajuato

La Conferencia del Episcopado Mexicano pide a las autoridades asumir su tarea de “garantizar la seguridad y la justicia”, mientras que llama a la sociedad a no caer en la “indiferencia ni en la desesperanza”

San Bartolo de Berrios

La madrugada del 19 de mayo siete jóvenes fueron asesinados con armas de fuego disparadas desde vehículos no identificados, en la plaza principal de la comunidad de San Bartolo de Berrios, municipio de San Felipe, estado de Guanajuato. 



De acuerdo con lo señalado por el arzobispo de León, Jaime Calderón, el homicidio ocurrió “al final de un festejo con motivo del 10 de mayo (Día de la Madre), organizado por la parroquia, donde siete jóvenes fueron asesinados arteramente… Estamos indignados, consternados y condenamos este hecho”.

A ese respecto la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado en el que expresó su dolor y consternación” ante “la masacre” de “siete jóvenes, entre ellos algunos menores de edad, quienes fueron asesinados de manera violenta”. 

Por ello la CEM pidió a las autoridades “de todos los niveles… asuman con responsabilidad y eficacia la tarea de garantizar la seguridad y la justicia. No podemos acostumbrarnos a convivir con la muerte violenta, ni permitir que la impunidad se convierta en norma”.

“Alarmante debilitamiento del tejido social y la impunidad”

Asimismo, hicieron un llamado a la sociedad civil, “para que no caigamos en la indiferencia ni en la desesperanza. Es tiempo de construir juntos la paz desde lo cotidiano, desde nuestras familias, comunidades y espacios de participación. La violencia no se erradica solo con el uso de la fuerza, sino con una profunda transformación cultural que recupere el valor sagrado de la vida humana”.

San Bartolo

Lugar donde asesinaron a siete jóvenes en San Bartolo de Berrios. Foto: San Bartolo de Berrios, Guanajuato

Los obispos denunciaron “toda forma de violencia y reiteramos que el diálogo y la justicia son los únicos caminos para la construcción de una sociedad en paz. Como pastores del Pueblo de Dios, no podemos permanecer indiferentes ante el espiral de violencia que lacera a tantas comunidades de nuestro país. Esta masacre, una más entre tantas que se repiten con dolorosa frecuencia, es un signo alarmante del debilitamiento del tejido social, la impunidad, y la ausencia de paz en vastas regiones de nuestra nación”.

Hicieron “un llamado urgente a las comunidades eclesiales, para que sean testigos de esperanza, promotoras de reconciliación, y artesanas de paz. Que nuestras parroquias y grupos sean lugares donde se anuncie con fuerza que ‘el mal no tiene la última palabra'”.

“Denunciar el pecado estructural de la violencia”

En el comunicado firmado por el presidente de la CEM, así como por su secretario general, los obispos Ramón Castro y Héctor Pérez, respectivamente, destacaron: “Como Iglesia, reiteramos nuestro compromiso de seguir acompañando a las víctimas, de denunciar el pecado estructural de la violencia, y de trabajar por una cultura de paz, inspirada en el Evangelio de Jesucristo, que ‘vino a traernos vida, y vida en abundancia'”.

Invitaron a los fieles a unirse en oración, “para ser fortalecidos por Cristo, Rey de la Paz, y vencer juntos el miedo que se vive en tantas regiones de nuestro país. Que Santa María de Guadalupe, Madre de los mexicanos y Reina de la Paz, interceda por nosotros”.

Concluyeron expresando su “cercanía, oración y solidaridad” y se unieron “al dolor de las familias que hoy lloran la pérdida de sus seres queridos y a la Arquidiócesis de León en cuyas tierras esta tragedia sucedió… Que el Señor de la vida les conceda consuelo, esperanza y fortaleza en medio del sufrimiento“. 
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