Los números rojos de la Santa Sede, a debate en el precónclave

La congregación general de este miércoles ha versado acerca de la situación económica del Vaticano

Los números rojos de la Santa Sede, a debate en el precónclave

Uno de los principales objetivos del pontificado de Francisco fue el de sanear las cuentas vaticanas. Y, aunque ha habido muchos avances en los últimos 12 años, lo cierto es que la Santa Sede todavía no se ha librado de los números rojos. Tanto es así que, tal como ha anunciado el Vaticano, parte de la congregación general de este miércoles ha versado acerca de cómo afrontar los problemas económicos de la Santa Sede.



Así, la séptima Congregación General tuvo lugar esta mañana, y en ella estuvieron presentes 181 participantes, incluidos 124 cardenales electores. “En la primera parte de la mañana, los trabajos se centraron especialmente en la situación económica y financiera de la Santa Sede”, explica el comunicado. El protagonismo, en este caso, ha sido para el cardenal Reinhard Marx, coordinador del Consejo para la Economía, quien “presentó un panorama actualizado de los desafíos existentes y de los temas críticos, ofreciendo propuestas orientadas a la sostenibilidad y reiterando la importancia de que las estructuras económicas sigan apoyando de manera estable la misión del Papado”.

A continuación, el cardenal Kevin Farrell, presidente del Comité de Inversiones, habló sobre el papel y las actividades del Comité. Asimismo, el cardenal Christoph Schönborn, presidente de la Comisión Cardenalicia para la Supervisión del Instituto para las Obras de Religión (IOR), ofreció una reflexión sobre la situación actual del Instituto.

Por su parte, el cardenal Fernando Vérgez, presidente Emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, explicó algunos detalles relativos a la Gobernación, haciendo referencia también a algunas obras de reestructuración de edificios estatales y al apoyo prestado a la Sede Apostólica. Por último, intervino el cardenal Konrad Krajewski, limosnero apostólico, quien ilustró el compromiso social del Dicasterio para el Servicio de la Caridad.

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Cardenales durante las congregaciones generales

Sin presupuestos generales para 2025

Lo cierto es que toda esta reflexión acerca de la economía de la Santa Sede tiene un porqué: y es que al próximo Papa le va a tocar echar cuentas. De hecho, muy probablemente sea uno de los primeros deberes de su pontificado, ya que, por primera vez en la historia de la Iglesia, Francisco rechazaba –el pasado 21 de febrero, desde el hospital– la aprobación de unos presupuestos generales. En este caso, para el ejercicio de 2025.

Tal como pudo confirmar entonces Vida Nueva, el Pontífice tumbaba la previsión elaborada por cada uno de los departamentos identificados estrictamente como Curia, así como las de las demás instituciones que, de una manera u otra, están vinculadas a ella, sumando cerca de 150 entes.

Todo esto, después de haber presentado estos presupuestos ante la Secretaría de Economía y constatar que no responderían a las constantes llamadas a la austeridad realizadas por el propio Francisco para evitar una bancarrota real, teniendo en cuenta que en 2023 el déficit superaba los 83,5 millones de euros. Y es que, de poco sirve que el Vaticano cuente con un patrimonio neto que rondaría los 4.000 millones de euros si muchos de sus bienes no están disponibles de ‘facto’ para hacer frente a las deudas.

Finalmente, Francisco daba entonces un voto de confianza a todos y cada uno de los departamentos para este primer trimestre del año, permitiendo que se siga funcionando sin los presupuestos aprobados. Sin embargo, establecía la condición de que cada uno de los entes reformule a la baja sus presupuestos y vuelvan a presentarlos para su correspondiente supervisión y aprobación. Unos nuevos presupuestos que deberá aprobar (o no) el próximo pontífice, que será elegido a partir del 7 de mayo.

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