Cardenales durante las congregaciones generales
Tal y como adelantó ‘Vida Nueva’, los cardenales del ala más conservadora de la Iglesia decidieron imponer en tromba su discurso nostálgico que presenta como fallido el pontificado de Francisco. La estrategia para influir en el devenir del cónclave pasaba por pedir la palabra uno detrás de otro el pasado lunes con el fin de generar una corriente de opinión orientada a promover un candidato que aferrado a la tradición en lugar de poner la mirada en un posible Papa que aúne fidelidad y renovación.
Tras esa primera serie de purpurados, prácticamente todos italianos y mayores de 80 años, ayer ya se empezaron a escuchar voces que, en fondo y forma, abordaban la necesidad de dar continuidad a las reformas, como la sinodalidad, y estilo del papa Francisco, pero, sobre todo, a aterrizar definitivamente el Concilio Vaticano II. En esta sexta congregación general, estuvieron presentes 183 cardenales, de los cuales 124 eran electores.
El propio comunicado del Vaticano, que en días anteriores se limitó a mencionar que los purpurados estaban analizando la realidad de la Iglesia y del mundo, ayer ya dejó caer sobre la sexta sesión de las congregaciones que en el interior del Aula Nueva del Sínodo se abordaron temas como “las cuestiones sociales, el individualismo, el relativismo, la soledad, la centralidad de Jesús para responder a las necesidades del mundo moderno, la necesidad de consolación, la evangelización y la responsabilidad de la Iglesia en favor de la paz”.
Voces eclesiales también han compartido con ‘Vida Nueva’ que los ‘papables’ de las quinielas, tanto de un lado como de otro, todavía no han tomado la palabra y se reservan para los días previos a entrar en la Capilla Sixtina. De la misma manera, el cardenal Reinhard Marx expuso en el foro que hoy probablemente se abordará la crisis financiera por la que atraviesa la Santa Sede.