Cierre del féretro del papa Francisco esta noche en la basílica de San Pedro
El ataúd con los restos mortales del papa Francisco ya está cerrado. Se ha hecho siguiendo el ritual marcado por el ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’, el libro litúrgico específico con todos los momentos de las exequias papales y cuya última edición aprobó el propio Francisco en 2024.
El Vaticano ha informado que la celebración se desarrolló delante del Altar de la Confesión de la Basílica de San Pedro, donde el Papa difunto ha sido venerado por los fieles durante tres días. El rito comenzó a las 20:00 horas y concluyó una hora más tarde.
Como dice la rúbrica ha sido presidido por el cardenal camarlengo, Kevin Farrell, y la lista de personas admitidas la ha elaborado el maestro de las celebraciones litúrgicas, Diego Ravelli. Entre ellas están, según el ritual, el decano de los cardenales Giovanni Battista Re, así como un representante de los cardenales presbíteros –Roger Michael Mahony– y el protodiácono –Dominique Mamberti–; el arcipreste de la Basílica de San Pedro, Mauro Gambetti; el cardenal que era secretario de Estado, Pietro Parolin; el vicario para la Diócesis de Roma, Baldassare Reina; el sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra; el regente de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza; el limosnero, Konrad Krajewski; el vicevamerlengo, Ilson de Jesus Montanari; los canónigos de la Basílica de San Pedro: los secretarios del Santo Padre; los penitenciarios menores ordinarios y los ceremonieros pontificios.
El Vaticano confirma que también participaron algunos de los parientes del difunto papa. En la celebración se han estrenado ritos como el hecho de que solo se cierran dos ataúdes –el de zinc y el de madera, a los que se han puesto distintos sellos– tras introducir las monedas acuñadas en el pontificado y el tubo metálico con la alabanza al pontífice; o que el paño blanco de seda que se coloca sobre la cara lo pone el Maestro sin la ayuda de alguno de los secretarios papales. También se han También se mantiene la tradición de que “durante la noche, el Capítulo de San Pedro asegurará una presencia de oración y vigilia ante el cuerpo del pontífice, hasta los preparativos de la santa misa” de este sábado 26 de abril.
Con hábito coral, los eclesiásticos han escuchado del ceremoniero la lectura de la “Rogitio” (literalmente “oda”), un documento en el que se narra la vida del pontífice a la que todos han respondido cantando el Benedictus. En el texto, escrito en latín, se documenta la fecha de la muerte del Papa número 266 y se relata su biografía:
Jorge Mario Bergoglio, elegido Papa el 13 de marzo de 2013, nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses: su padre Mario era contable, empleado en los ferrocarriles, mientras que su madre, Regina Sívori, se ocupaba del hogar y de la educación de sus cinco hijos. Tras obtener el título de técnico químico, eligió el camino del sacerdocio, ingresando inicialmente en el seminario diocesano y, el 11 de marzo de 1958, en el noviciado de la Compañía de Jesús. Realizó sus estudios humanísticos en Chile y regresó a Argentina en 1963, licenciándose en Filosofía en el Colegio San José de San Miguel. Fue profesor de literatura y psicología en los colegios de la Inmaculada de Santa Fe y del Salvador de Buenos Aires. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969 por el arzobispo Ramón José Castellano, e hizo su profesión perpetua en los jesuitas el 22 de abril de 1973. Tras ejercer como maestro de novicios en Villa Barilari de San Miguel, profesor en la Facultad de Teología, Consultor de la Provincia de la Compañía de Jesús y Rector del Colegio, fue nombrado Provincial de los Jesuitas de Argentina el 31 de julio de 1973. Después de 1986 pasó unos años en Alemania para completar su tesis doctoral y, una vez de vuelta en Argentina, el cardenal Antonio Quarracino lo quiso como su estrecho colaborador. El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II le nombró obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. Eligió como lema episcopal ‘Miserando atque eligendo’ en el escudo de armas insertó el cristograma IHS, símbolo de la Compañía de Jesús. El 3 de junio de 1997 fue promovido a arzobispo coadjutor de Buenos Aires, y a la muerte del cardenal Quarracino le sucedió el 28 de febrero de 1998 como arzobispo, primado de Argentina, ordinario para los fieles de rito oriental residentes en el país y gran canciller de la Universidad Católica. Juan Pablo II le creó Cardenal en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, con el título de San Roberto Belarmino. En octubre siguiente fue Relator General Adjunto en la X Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Luego se señala que Francisco:
Era un pastor sencillo y muy querido en su archidiócesis, que viajaba por todas partes, incluso en metro y autobús. Vivía en un piso y se preparaba la cena, porque se sentía uno más del pueblo.
Tras recordar la elección y el inicio del pontificado, destaca de su ministerio:
Siempre atento a los más pobres y a los descartados por la sociedad, Francisco eligió vivir en la Domus Sanctae Marthae nada más ser elegido, porque no podía prescindir del contacto con la gente, y desde el primer Jueves Santo quiso celebrar la Misa en la Cena Domini, fuera del Vaticano, yendo cada vez a las cárceles y a los centros para discapacitados o drogadictos. Recomendó a los sacerdotes que estuvieran siempre dispuestos a administrar el sacramento de la misericordia, que tuvieran el valor de salir de las sacristías para ir en busca de la oveja perdida, y que mantuvieran abiertas las puertas de la iglesia para acoger a todos los deseosos de un encuentro con el Rostro de Dios Padre.
Ha ejercido su ministerio petrino con incansable dedicación al diálogo con musulmanes y representantes de otras religiones, convocándoles en ocasiones a encuentros de oración y firmando Declaraciones Conjuntas a favor de la concordia entre miembros de distintas confesiones, como el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi con el líder suní al-Tayyeb. Su amor por los últimos, los ancianos y los pequeños le llevó a poner en marcha las Jornadas Mundiales de los Pobres, los Abuelos y los Niños. También instituyó el Domingo de la Palabra de Dios.
Más que ninguno de sus predecesores, amplió el Colegio Cardenalicio, convocando diez consistorios en los que creó 163 cardenales, 133 de ellos electores y 30 no electores, procedentes de 73 naciones, 23 de las cuales nunca habían tenido un cardenal. Ha convocado cinco Asambleas del Sínodo de los Obispos, tres Asambleas Generales ordinarias, dedicadas a la familia, los jóvenes y la sinodalidad, una extraordinaria de nuevo sobre la familia, y una especial para la Región Panameña.
Varias veces su voz se ha alzado en defensa de los inocentes. Cuando se extendió la pandemia del Covid-19, en la tarde del 27 de marzo de 2020 quiso rezar a solas en la plaza de San Pedro, cuya columnata abrazaba simbólicamente Roma y el mundo, por la humanidad asustada y herida por la enfermedad desconocida. Los últimos años de su pontificado estuvieron jalonados por numerosos llamamientos en favor de la paz, contra la Tercera Guerra Mundial en pedazos en diversos países, especialmente en Ucrania, así como en Palestina, Israel, Líbano y Myanmar.
Y se concluye con un relato de las fechas de las últimas semanas desde su hospitalización en 2021 y el 14 de febrero de 2025 durante 38 días, y que “el domingo de Pascua, 20 de abril de 2025, se asomó por última vez a la logia de la basílica de San Pedro para impartir la solemne bendición Urbi et Orbi”. Para concluir con algunos de sus documentos o instituciones:
El magisterio doctrinal del Papa Francisco ha sido muy rico. Testigo de un estilo sobrio y humilde, fundado en la apertura a la obra misionera, la valentía apostólica y la misericordia, atento a evitar el peligro de la autorreferencialidad y la mundanidad espiritual en la Iglesia, el Pontífice propuso su programa apostólico en la exhortación Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013). Los principales documentos incluyen cuatro encíclicas: Lumen fidei (29 de junio de 2013) que aborda el tema de la fe en Dios, Laudato si’ (24 de mayo de 2015) que toca el problema de la ecología y la responsabilidad de la humanidad en la crisis climática, Fratelli tutti (3 de octubre de 2020) sobre la fraternidad humana y la amistad social, Dilexit nos (24 de octubre de 2024) sobre la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús. Ha promulgado 7 Exhortaciones Apostólicas, 39 Constituciones Apostólicas, numerosas Cartas Apostólicas, la mayoría de ellas en forma de Motu Proprio, 2 Bulas para la Indicación de Años Santos, además de las Catequesis propuestas en las Audiencias Generales y los discursos pronunciados en distintas partes del mundo. Tras instituir los Secretariados para la Comunicación y para la Economía, y los Dicasterios para los Laicos, la Familia y la Vida y para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, reformó la Curia Romana con la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium (19 de marzo de 2022). Modificó el proceso canónico para las causas de declaración de nulidad matrimonial en el CCEO y en el CIC (M.P. Mitis et misericors Iesus y Mitis Iudex Dominus Iesus) y endureció la legislación sobre delitos cometidos por clérigos contra menores o personas vulnerables (M.P. Vos estis lux mundi).
“Francisco dejó a todos un admirable testimonio de humanidad, vida santa y paternidad universal”, concluye.