Hay texto inédito escrito por el papa Francisco. Il Corriere publica hoy el prólogo del Pontífice al nuevo libro del cardenal arzobispo emérito de Milán, Angelo Scola, sobre la vejez. Curiosamente, este fue su principal rival en el cónclave de 2013, en el que los cardenales le eligieron como Sucesor de Pedro.
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Francisco se deshace en elogios al purpurado al comienzo del texto que se incluye en la obra ‘Si se vive la vejez como una gracia, también la vejez se convierte en una edad fecunda’, para luego recalcar que “no hay que tener miedo a la vejez, no hay que tener miedo a abrazar el hecho de envejecer, porque la vida es la vida y endulzar la realidad es traicionar la verdad de las cosas”.
Para Francisco, es necesario “devolver el orgullo al término ‘viejo’, demasiado a menudo considerado malsano”, porque “decir ‘viejo’ no significa ‘tirar a la basura’, como a veces induce a pensar una cultura degradada del descarte. Decir ‘viejo’, en cambio, significa experiencia, sabiduría, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud… ¡Valores que nos hacen mucha falta!”.
En el texto, Jorge Mario Bergoglio señala que “es cierto que uno se hace viejo, pero ese no es el problema: el problema es cómo se hace viejo. Si vivimos este tiempo de la vida como una gracia, y no con resentimiento; si acogemos el tiempo (incluso largo) en el que experimentamos la disminución de las fuerzas, el cansancio del cuerpo que aumenta, los reflejos que ya no son iguales a los de nuestra juventud, con un sentido de gratitud y agradecimiento, pues bien, incluso la vejez se convierte en una edad de vida, verdaderamente fecunda y que puede irradiar el bien”.
Los abuelos según el papa Francisco
En su reflexión, el Papa no se olvida tampoco del papel de los abuelos, que es de “fundamental importancia para el desarrollo equilibrado de los jóvenes y, en definitiva, para una sociedad más pacífica. Porque su ejemplo, su palabra, su sabiduría pueden infundir en los más jóvenes la mirada larga, la memoria del pasado y el anclaje en valores perdurables”.
Asimismo, agrega: “En medio del frenesí de nuestras sociedades, a menudo entregadas a lo efímero y al gusto malsano por las apariencias, la sabiduría de los abuelos se convierte en un faro que brilla, ilumina la incertidumbre y orienta a los nietos”.

Primeras imágenes del cadáver de Francisco
Sobre cómo se prepara un cristiano para su encuentro final con Jesús, Francisco recuerda que “la muerte no es el final de todo, sino el comienzo de algo. Es un nuevo comienzo, porque la vida eterna, que los que aman ya experimentan en la tierra dentro de sus ocupaciones cotidianas, es el comienzo de algo que no terminará. Y precisamente por eso es un ‘nuevo’ comienzo, porque experimentaremos algo que nunca hemos experimentado plenamente: la eternidad.