Dios es fiel a sus promesas. Plantearon los obispos colombianos en su mensaje de Pascua 2025 para consolar a una nación, sumida en una espiral de violencia en los territorios y comunidades, abandonadas por el Estado.
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Por eso se aferran a la “fuerza y vitalidad” del Resucitado para que en las comunidades de fe en toda Colombia “sigan ofreciendo al mundo signos de esperanza” en medio de la oscuridad.
Los prelados también recordaron que la fe en un Dios vivo “nos ayuda a vencer el miedo y la cultura de la muerte, a abrirnos al amor, crecer en el bien y sentir la necesidad de anunciar con alegría la buena noticia de la salvación”.
Claves para la Pascua
Invitaron a los colombianos a seguir trabajando en favor de la justicia y la paz, en especial, luchar contra tres duros flagelos: la violencia, la muerte y la indiferencia.
Para ello dan algunas claves, pensando en el bienestar de los niños y jóvenes: proteger la dignidad humana y la creación, entregar la vida al servicio de los más necesitados y vulnerables.
Todo ello se logrará con “gestos de solidaridad y amistad” sin dejarse tentar por las divisiones, el cansancio o el pesimismo.
Los obispos recordaron que “estamos en el Jubileo de la esperanza”, por ende, la Pascua debe ser un signo de fraternidad en la fe que “sea un aliciente para superar las heridas en la unidad de la Iglesia (y el país)”.
