La reina Sofía, gran devota del Cristo de Medinaceli, ha vivido este año la noche del Jueves al Viernes Santo, la ‘madrugá’, en las calles de Sevilla. La reina emérita ha visitado algunas capillas de las hermandades y ha particpando en algunos momentos de las procesiones de la noche: La Macarena, El Gran Poder, la Esperanza de Triana, Los Gitanos, El Silencio y El Calvario. Hace una década que no acudía en la Semana de Pasión a Sevilla.
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La medalla de la Esperanza de Triana
Doña Sofía ha ido de negro riguroso, con una camisa de color crema y se ha dejado fotografiar con algunas de las corporaciones de las hermandades que ha visitado. Además, según señalan los medios sevillanos llevaba colgada la medalla de la Esperanza de Triana con la que fue obsequiada en su día. Y en la capilla de los Marineros del barrio trianero comenzó su itinerario que siguió en la sede de la hermandad de Los Gitanos, donde saludó a Cayetano Martínez-Irujo, hijo de la duquesa de Alba –parte de sus cenizas están en dicha capilla–.
Luego, Doña Sofía acudió a la salida del Cristo del Gran Poder y posteriormente a la de la Macarena, como se rumoreaba desde la tarde. Su última visita fue al Cristo de las Tres Caídas y la Esperanza de Triana, donde participó en el rezo de la Salve a la Virgen. Luego, desde el palquillo de autoridades de la céntrica Campana, inicio de la carrera oficial, vio la entrada del Gran Poder rumbo a la catedral a hacer su estación de penitencia. Tras esta entrada, la madre del Rey recibió una atronadora ovación antes de retirarse a descansar.