Antonio Navarro: “Felicitar el Ramadán no implica claudicar de la fe”

Antonio Navarro, teólogo experto en Islamología (fuente: cedida)

Antonio Navarro es un sacerdote cordobés doctor en Misionología, licenciado en Teología de las religiones y experto en islamística. Es consultor de la Subcomisión para el Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal Española y ha publicado varios artículos científicos y un libro sobre el islam desde la perspectiva cristiana.



PREGUNTA.- El papa Francisco ha hecho en su pontificado mucho hincapié en el diálogo interreligioso. Para un católico que está en primera línea, ¿qué importancia tiene?

RESPUESTA.- El diálogo interreligioso es el conjunto de relaciones positivas y constructivas en vistas al bien común que se da entre los creyentes de distintas religiones, sin relativizar las propias convicciones. Cada uno acude con su propia fe e identidad, que no se debe ocultar, ni relativizar, en un clima de escucha y respeto a las creencias de los demás. Es una parte más de la tarea que tienen los católicos de vivir en un mundo plural. Respetamos la libertad de conciencia de las personas. En ese clima de convivencia, es necesario que se desarrollen valores compartidos que favorezcan la paz y el respeto mutuo.

P.- Qué ha aprendido de dialogar con los musulmanes?

R.- A conocer más mi fe porque, cuando te hacen preguntas, profundizas en las razones de aquello en lo que crees. Tener una fe más madura y un testimonio más convincente. En segundo lugar, me ha permitido entender que mi vida es testimonio de Jesucristo, no porque yo lleve la razón sino porque hay que preguntarse, al ver que hay creyentes de otras religiones que aspiran a la perfección y la virtud, si vivimos el mensaje de Cristo en plenitud o somos cristianos acomodados. En tercer lugar, me ha servido para enriquecer otras dimensiones de la vida.

P.- El diálogo implica dudar para poder aceptar los puntos de vista acertados del interlocutor ¿Cómo se concilia esa duda del diálogo con el dogma propio de fe?

R.- Según el magisterio de la Iglesia, el cristiano que acude al diálogo debe tener una fe formada y unas convicciones firmes. Eso significa no dudar de los puntos de vista dogmáticos. Tiene que ver con una identidad visible y una fe confesante, al igual que el musulmán. Sin claudicar, ni relativizar. En ese punto, nuestras visiones son irreconciliables. Entonces, ¿a qué acudimos a ese diálogo interreligioso? En primer lugar, porque hay que amar al que piensa distinto y entender que tenemos puntos en común a nivel humano, espiritual y de valores. En ese campo de lo común, es donde podemos trabajar juntos.
El terrorismo está prohibido en la ley tradicional islámica. Al desarrollar un derecho de guerra, planteaban una norma ética en el yihad: jamás atacar a indefensos, no matar a mujeres y niños, ni religiosos porque son personas entregadas a Dios y pacíficas. Se ha cumplido más o menos, según el período histórico, pero este es el ideal de la sharía. El terrorismo islámico reinterpreta la ley islámica de manera totalmente violenta y radical y declara que no existen inocentes en el mundo infiel. Con lo cuál, podemos decir que el terrorismo islámico incumple la ética tradicional islámica.

Ramadan

P.- El Ramadán es tiempo de celebración para los musulmanes ¿por qué los cristianos deben felicitar estas fiestas? ¿Podemos celebrar el Ramadán?

R.- Felicitar el Ramadán no implica compartir la fe, compartir el motivo de la celebración, ni claudicar. Significa que damos nuestros mejores deseos a la persona que se alegra en un momento de vida espiritual propia de su religión. En el mundo islámico, se están dando grandes pasos en ese sentido porque es común felicitar la Pascua o la Navidad e invitar a amigos por las fiestas. Eso genera una convivencia más respetuosa y admirable entre los que creen diferente.

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