El papa Francisco, desde el hospital, llama a los obispos a mantener “la mirada fija en el pueblo”

El Pontífice aboga por conjugar la sabiduría divina y la humana para la liturgia

Fieles rezando por la salud del Papa ante el Policlínico Gemelli (fuente: Efe)

El papa Francisco aconseja a los responsables de las celebraciones litúrgicas mantener “la mirada fija en el pueblo, del que el obispo es pastor y padre: esto os ayudará a comprender las necesidades de los fieles, así como las formas y los métodos para favorecer su participación en la acción litúrgica“, como fórmula de éxito y sabiduría en el ejercicio litúrgico.



A pesar de su ingreso en el Policlínico Gemelli, el pontífice sigue cumpliendo sus obligaciones como cabeza de la Iglesia. En este caso, dirigió este mensaje, escrito el 26 de febrero, con motivo del curso para gerentes de celebraciones litúrgicas episcopales del Ateneo Pontificio de San Anselmo, que celebra su segunda edición.

El Obispo de Roma se felicitó porque los organizadores del curso hayan acogido la invitación formulada en la Carta Apostólica ‘Desiderio desideravi’, continuando el estudio de la liturgia, no sólo desde una perspectiva teológica, sino también en el contexto de la práctica celebrativa.

A juicio de Francisco, “esta dimensión toca la vida del pueblo de Dios y le revela su verdadera naturaleza espiritual. Por tanto, el responsable de las celebraciones litúrgicas no es sólo un profesor de teología; no es un columnista que aplica las reglas; no es un sacristán que prepara lo necesario para la celebración. Es un maestro puesto al servicio de la oración de la comunidad. Mientras enseña humildemente el arte litúrgico, debe guiar a todos los que celebran, marcando el ritmo ritual y acompañando a los fieles en el acontecimiento sacramental“.

Fieles rezando por la salud del Papa ante el Policlínico Gemelli (fuente: Efe)

Fieles rezando por la salud del Papa ante el Policlínico Gemelli (fuente: Efe)

Según el Papa, el mistagogo “organiza cada celebración sabiamente, para el bien de la asamblea; traduce los principios teológicos expresados ​​en los libros litúrgicos a la práctica celebrativa; apoya y sostiene al obispo en su papel de promotor y custodio de la vida litúrgica“. De tal modo, el pastor puede guiar a toda la comunidad diocesana en las ofrendas a Dios.

Evitar pompas y protagonismos innecesarios

El pontífice exhortó a promover un “estilo litúrgico que exprese el seguimiento de Jesús evitando pompas y protagonismos innecesarios“. De hecho, hizo hincapié en ejercer el ministerio con discreción y sin jactancia, al estilo de lo propuesto en la regla benedictina. También abogó por el cuidado de la liturgia, conjugando “la sabiduría divina y la humana. La primera se adquiere orando, meditando, contemplando; la segunda viene del estudio, del compromiso de profundizar, de la capacidad de escuchar“.

Francisco sentenció que el encuentro entre doctrina y pastoral no es opcional, sino un aspecto constitutivo de la liturgia, que debe “debe siempre encarnarse, inculturarse, expresar la fe de la Iglesia. Las alegrías y los sufrimientos, los sueños y las preocupaciones del Pueblo de Dios poseen un valor hermenéutico que no podemos ignorar“.

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