El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, abrió el foro ‘Justicia fiscal y solidaridad: hacia un hogar común, inclusivo y sostenible’, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales y la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional, denunciando la “creciente disparidad entre los más ricos y el resto de la sociedad” y abogando porque la ONU y los gobiernos a nivel multilateral impongan un sistema de justicia fiscal.
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Denunció que se trata de un problema económico y moral al considerar que la confianza pública se resiente si estos no pagan impuestos en consonancia a su nivel de riqueza. En este sentido, abogó por empujar a las multinacionales a pagar impuestos donde generen ganancias al considerar que no “pueden dictar sus propias reglas fiscales”.
El jefe del Ejecutivo español participó, junto a su homólogo brasileño, Lula da Silva, en la cumbre, mientras que el papa Francisco no pudo formar parte del evento debido a la bronquitis que arrastra desde la semana pasada.
Sánchez aseguró que se están movilizando recursos suficientes a nivel doméstico e internacional para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 dentro del calendario previsto y que, en ese sentido, “el progreso internacional en la fiscalidad será esencial”.
Justicia y solidaridad
Consideró que se están experimentando desafíos para el multilateralismo que deberán resolverse mediante la creación de una convención en la ONU sobre cooperación fiscal internacional que permita adquirir un nuevo sistema inclusivo, ambicioso y que genere beneficios. “La justicia fiscal no sólo es una opción política. Supone defender los principios de justicia y solidaridad que sustentan nuestras sociedades”, concretó.
El líder socialista señaló que el principal problema en este aspecto es el papel de los más pudientes. Se felicitó por el acuerdo alcanzado para establecer un nuevo marco de tributación efectiva sobre los superricos y abogó por el empoderamiento de los estados y los organismos internacionales para frenar fenómenos como los paraísos fiscales y las zonas francas.
“¿Gobernamos la fiscalidad mundial o dejamos que unos pocos ricos nos gobiernen?”, espetó, explicando que, si los ricos no pagan en proporción a lo que ganan, se establece un problema económico y moral en la sociedad mundial, en la medida que se cree un sistema que beneficie a todos, desde un marco inclusivo.