En un momento especialmente convulso, en el que el planeta está expectante tras el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, que ha inaugurado su segundo mandato haciendo que Estados Unidos abandone la OMS o el Acuerdo de París, en la Iglesia preocupa de un modo especial el regreso a las deportaciones masivas “de migrantes”, que el papa Francisco ha calificado de “desgracia” y que ya permiten, por decreto presidencial, redadas policiales en colegios, hospitales… o iglesias. Sin olvidar la última andanada del republicano: hacerse con el control de Gaza, expulsar a todos los palestinos que viven allí y repoblarla con ciudadanos de todo el mundo en un pretendido epicentro turístico.
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En este contexto, la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, junto a la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT), ha convocado, el 13 de febrero, en su sede de la Casina Pío, una jornada de reflexión bajo este epígrafe: ‘Justicia fiscal y solidaridad. Hacia una Casa Común inclusiva y sostenible’.
Destacados representantes internacionales
En la misma participarán, además del papa Francisco, destacados líderes internacionales, como Antonio Guterres, secretario general de la ONU; el expresidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki; o el estadounidense Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001 y copresidente de ICRICT. Además, según acaba de confirmar EFE, estarán el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Eso sí, en el caso de estos dos últimos, su intervención será de un modo on-line.
La última vez que el Pontífice y el líder socialista se vieron físicamente fue hace apenas cuatro meses, el pasado 11 de noviembre, cuando Sánchez acudió al Vaticano y se reunió con Bergoglio durante algo más de media hora. Una audiencia que el mandatario español aprovechó para invitar formalmente al Papa a visitar nuestro país, en un viaje que podría ser de ida y vuelta en el día y en el que, aunque también se planteó la posibilidad de que incluyera un paso por Sevilla, de realizarse, seguramente se centraría en las Islas Canarias.
Y es que, como expresó entonces a los medios el presidente, en la audiencia afloró “el interés que tiene la Santa Sede por conocer la realidad del pueblo canario, así como su solidaridad con esa migración que está llegando a sus costas”. Aunque la Santa Sede no ha confirmado ni desmentido nada, es una posibilidad que está sobre la mesa. Sería su primera visita papal a nuestro país y, más que institucional, tendría un fin pastoral: pisar una de las periferias más dolientes de Europa.
Germen de desigualdad
En cuanto a jornada convocada sobre la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, en ella, como se resalta en el programa, Sánchez y Francisco podrán reflexionar en voz alta sobre “un problema que dificulta mucho más la solución de los problemas globales: la desigualdad”.
Así, “si bien la disparidad entre los países más ricos y los más pobres se ha reducido ligeramente, la brecha sigue siendo alarmantemente alta. Además, en las últimas dos décadas hemos presenciado un aumento significativo de las desigualdades dentro de la mayoría de los países, y la brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 50% más pobre prácticamente se ha duplicado”.
Un fenómeno preocupante en el que, entre otras causas estructurales, hay una especialmente significativa: “El sistema fiscal internacional actual alimenta gran parte de esta desigualdad”.
Efecto de la globalización
De hecho, “la evasión fiscal por parte de las empresas multinacionales es uno de los aspectos más tóxicos de la globalización. Las grandes beneficiarias de la globalización han sido las empresas que obtienen miles de millones de dólares de beneficios a la vez que se benefician de las inversiones en conocimientos, tecnología e infraestructuras financiadas por el sector público”.
De este modo, “al trasladar gran parte de sus beneficios a paraísos fiscales, privan al sector público de recursos esenciales necesarios para invertir en derechos humanos fundamentales, como la salud y la educación, y en políticas de lucha contra la pobreza y el cambio climático”.