Torreciudad, el santuario situado en Barbastro (Huesca), ha cerrado 2024 con una cifra total de 185.000 visitantes, según los datos proporcionados por el Patronato de Torreciudad. Este balance supone una caída de 15.000 visitantes respecto a 2023, en medio de un contexto marcado por la espera de la resolución de la Santa Sede sobre el conflicto entre el Opus Dei y la Diócesis de Barbastro-Monzón acerca de la gestión del recinto religioso.
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La mayor afluencia se produjo en agosto (32.300 personas), julio (20.500) y marzo (20.400). Un 15,21% de los visitantes llegó desde 58 países, liderados por Francia, Portugal, Estados Unidos y Reino Unido, mientras que el turismo nacional provino principalmente de Cataluña, Madrid y Aragón.
Visitas virtuales
En 2024, el santuario recibió tanto peregrinaciones organizadas como familias y amigos, quienes valoraron los recursos turísticos y culturales de la región. Las redes sociales crecieron un 9,44%, destacando Instagram y YouTube, con más de 350.000 visualizaciones de transmisiones en directo. Además, las peticiones a la Virgen aumentaron un 48,67%, consolidándose como un recurso de gran interacción espiritual.
El conflicto por su gestión
Desde hace décadas, el santuario de Torreciudad ha sido gestionado por el Opus Dei, que lo considera un pilar fundamental de su obra pastoral y espiritual. Sin embargo, la Diócesis de Barbastro-Monzón
La Santa Sede tiene en sus manos la decisión sobre la gestión del santuario, en un proceso que ha generado tensiones entre ambas partes. El pasado mes de octubre a Alejandro Arellano Cedillo, decano del Tribunal de la Rota Romana, como comisario pontificio plenipotenciario. O lo que es lo mismo, tras visitar el enclave hace unas semanas, está en sus manos decidir la regularización jurídica, canónica y pastoral de Torreciudad.
Con esta polémica de fondo, en marzo de 2025, la Reunión Anual de Delegados del Patronato planificará eventos clave como la Jornada Mariana de la Familia, el 50 aniversario del santuario y las actividades del Jubileo 2025. Mientras tanto, el futuro de Torreciudad está condicionado por la resolución. El resultado podría redefinir no solo la gestión del santuario, sino también el modelo de colaboración entre el Opus Dei y las diócesis locales, marcando un precedente para otras instituciones similares en el ámbito eclesiástico. A pesar de la incertidumbre, Torreciudad sigue siendo un referente espiritual y cultural, atrayendo a miles de personas cada año.