José Emiliano Rodríguez: “Cada vez se nos tiene más en cuenta a los gitanos dentro de la Iglesia”

El director del Departamento de la Pastoral de los Gitanos de la CEE apunta que, “si a un gitano no se le acoge en su casa con su forma de ser, se busca otro sitio”

José Emiliano Rodríguez, laico gitano y director del Departamento de la Pastoral de los Gitanos

Este 12 de enero se han cumplido 600 años de la llegada del pueblo gitano a España. Una conmemoración muy especial para la mayoría de nuestra sociedad, consciente de que estamos ante una comunidad cuyas muchas aportaciones vitales y culturales ofrecen su ser al conjunto de la identidad nacional.



El papa Francisco aprovechó la ocasión para mandar un caluroso mensaje para el conjunto de los gitanos españoles. Un texto en el que Bergoglio hizo repaso de una historia que a veces ha estado “marcada por la incomprensión, el rechazo y la marginación”, perviviendo todavía “prejuicios que superar”. Lo mismo que Jesús, que “también nació en Belén bajo el signo de la persecución y la itinerancia”.

Una inclusión respetuosa

Con todo, hoy la situación va siendo diferente y en nuestro país se vislumbra “un camino nuevo hacia una inclusión respetuosa con vuestras señas de identidad”. A nivel espiritual, el Pontífice hizo suyas unas palabras que, en 1965, Pablo VI dirigió a los gitanos: “Vosotros estáis en el corazón de la Iglesia”. Una familia creyente que, reiteró Francisco, “desea seguir abriendo sus puertas de par en par, para que todos podamos sentirnos en ella como en casa; una Iglesia en la que podáis crecer en vuestra fe cristiana sin renunciar a los mejores valores de vuestra cultura”.

En conversación con Vida Nueva, José Emiliano Rodríguez, laico gitano y director del Departamento de la Pastoral de los Gitanos de la Conferencia Episcopal Española (CEE), valora lo que supone para su pueblo este hito histórico.

Pastoral gitana

PREGUNTA.- ¿Cómo valora el mensaje de Francisco, quien, a lo largo de su pontificado, ha tenido numerosos gestos hacia el pueblo gitano?

RESPUESTA.- Es un detallazo, y otra muestra más de que nos tiene muy en consideración. Hacia él solo puede haber palabras de agradecimiento. Muchos gitanos me dicen que quieren tener una audiencia con él para conocerlo, pero, sobre todo, para abrazarlo. Esa muestra de afecto, tan física, es muy propia de lo que somos.

P.- ¿Hasta qué punto podemos calibrar lo que ha supuesto el pueblo gitano en la historia de España?

R.- Son muchas las aportaciones, pero, si nos circunscribimos a lo religioso, hay que decir que el nuestro siempre ha sido un pueblo muy creyente. Dios es el creador de todo, y eso nosotros lo tenemos muy presente y se traduce en muchas cosas, como en nuestra forma de vivir la eucaristía. Forma parte de nuestra idiosincrasia y refleja distintos modos de vivir la vida, aunque siempre sintiéndonos acompañados por la Providencia. Pese a que se haya podido haber hambre, que la ha habido, esa confianza nunca ha faltado.

Otro valor es la amistad. Si alguien que no es gitano se gana nuestro cariño, esa unión es para siempre y ya forma parte de nuestra comunidad, como uno más. Lo mismo ocurre con la concepción de la familia, que para nosotros es muy amplia y no se ciñe solo a los lazos de sangre. Puedo conocer a un gitano y que al rato ya nos llamemos “primos”, con un respeto y un cariño que establece un lazo irrompible.

En este sentido, otro tesoro es la importancia que tienen los mayores en nuestro seno. Viven en las casas y los niños y jóvenes les preguntan mucho y se nutren con sus valores. No es solo que se tenga en consideración a los abuelos, sino que son referentes.

Su identidad, presente en la liturgia

P.- Hablaba de una particular forma de vivir la eucaristía. La Iglesia católica, a diferencia de las comunidades evangélicas, ¿no ha sabido dar cauce en sus ceremonias a esa mayor alegría, apasionamiento y sentido artístico? ¿Eso explica que tantos gitanos hayan dejado de ser católicos?

R.- Ese es un tema que siempre está ahí. Si a un gitano no se le acoge en su casa con su forma de ser, se busca otro sitio. Dios está en todas partes y yo mismo he disfrutado en muchas oraciones con los evangélicos, pero tampoco me llegan a llenar por completo por lo que para mí son carencias, como la poca importancia que le dan a la Virgen María; algo fundamental para muchos de nosotros.

Lo que necesitamos es que muchos sacerdotes le den protagonismo al pueblo gitano en las misas. Dentro de lo establecido, por supuesto, pero valorando nuestra identidad. Algunos pastores se cierran en banda a ello y, ante esa falta de presencia, algunos sienten que les echan de la Iglesia.

Ceferino Giménez Malla, santo gitano

Ceferino Giménez Malla, santo gitano

P.- Dirige el Departamento de la Pastoral de los Gitanos de la CEE desde 2020. ¿Percibe una evolución entre nuestros obispos a la hora de concederles más protagonismo?

R.- Me siento uno más desde el primer día, muy contento. Y sí, se vislumbran cambios muy positivos, poco a poco. Cada vez hay más sensibilidad y nos tienen en cuenta. Lo mismo experimento con otros directores de departamentos, con los que compartimos muchas experiencias.

A nivel local, soy de Granada y tengo mucho que agradecer al obispo, José María Gil Tamayo. Cada vez nos conoce más y es muy sensible a nuestra particular identidad. Buena muestra de ello es que, en las actividades del Jubileo de la Esperanza que habrá en nuestra diócesis, nosotros contaremos con una propia y, además, se cuenta con nosotros para participar en las demás.

Va habiendo muchos obispos entregados a esta pastoral, como el de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, que nos aprecia mucho y es alguien encantador.

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