Francisco disolvía este lunes el Sodalicio de Vida Cristiana y, apenas unas horas después de conocerse la noticia, el periodista Alejandro Bermúdez publicaba en Twitter una carta a sus compañeros en la que cuestionaba la decisión del Papa.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“El Papa Francisco, como Vicario de Cristo en la Tierra tiene la potestad absoluta de determinar la validez de un carisma y ha determinado que el nuestro no la tiene. Y si ha decidido disolver el Sodalicio, el Sodalicio debe disolverse con total espíritu de fidelidad al Papa”, comienza el periodista en su escrito.
“Sin embargo”, continúa, “no quiero dejar de compartir con ustedes todo lo que sé de este proceso y cómo el Papa ha sido sistemáticamente mal informado por quien ahora va a ser el comisario encargado de la disolución: el señor Jordi Bertomeu Farnós”.
Carta a mis hermanos sodálites
Queridos hermanos en la Fe y la Misión:
Lamento profundamente con ustedes la triste noticia de la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana. El Papa Francisco, como Vicario de Cristo en la Tierra tiene la potestad absoluta de determinar la…
— Alejandro Bermudez (@albermudezr) January 20, 2025
Por ello, Bermúdez pide “urgente y de todo corazón” a los sodálites que “resistan a Bertomeu, no acepten las condiciones y asuman cualquier penalidad muy probablemente abusiva que conlleve tomar esta decisión; porque rendirse a Bertomeu -que es muy distinto a aceptar la decisión del Papa- será mucho peor que lo anterior”.
“Malicia y doblez”
De hecho, Bermúdez acusa a Bertomeu de no ser “un investigador imparcial”, además de actuar con “malicia y doblez”. “Por un lado, ocultaba información vital a miembros del Sodalicio a los que luego terminaría acusando de delitos que nunca mencionó cuando los entrevistó en persona”, argumenta; “por otro lado, existen evidencias incontrovertibles, como filtraciones mediáticas solo atribuibles a él, fotografías en las que está literalmente brindando con los adversarios y acusadores del Sodalicio, entre otras, que demuestran que Bertomeu jamás ha estado interesado en el bien de la comunidad y de sus miembros”.
De hecho, Bermúdez llega a acusar a Bertomeu de estar “interesado en una cosa y una cosa sola: echar mano a los bienes del Sodalicio y repartirlos no entre las víctimas reales –que en una muy buena medida fueron reparadas por el Sodalicio– sino que pretende incluir como víctimas a varios acusadores del Sodalicio”.
Por último, subraya que “Bertomeu no tiene ningún interés en la posible ‘refundación’ del Sodalicio”, ya que “su único interés es aprovechar el noble deseo de los hermanos de seguir unidos en un carisma que recoja y refleje lo mejor del Sodalicio”. “Bertomeu ha sido un maestro genuinamente perverso -y uso esta palabra en su sentido más estricto, y no como un hipérbole- en abusar, aprovechar y manipular nuestro espíritu de lealtad al Papa, y nuestro espíritu de obediencia a la Iglesia y a sus autoridades, no solo para abusar de la comunidad sino para conducirnos a autodestruirnos”, lamenta. Por todo ello, concluye que Bertomeu “no cree ni jamás ha creído en el debido proceso y por tanto sería suicida creer que lo respetará”.